Heraldo de Aragón

Llaves de kárate contra la violencia de género

La zaragozana Carmen García se convierte en la primera española con cinturón negro 8º dan utilizando el arte marcial como autodefens­a

- DANIEL CABODEVILL­A

De pequeña, mi madre me decía ‘cuando seas mayor, saldrás tú sola a la calle y quiero que te sepas defender’. La lucha contra la violencia de género ha sido siempre uno de los principale­s motivos que me ha impulsado a la hora de hacer kárate», señala Carmen García Alcay, que a sus 54 años acaba de hacer historia en el kárate español. La zaragozana se unió el pasado fin de semana al selecto grupo de seis mujeres españolas con cinturón negro 8º dan, siendo la primera en alcanzarlo por vía examen y convirtién­dose en la karateca que ostenta el grado más alto de todo Aragón.

«Dentro de muy poco voy a cumplir 42 años ligada al kárate. Echo la vista atrás y todavía recuerdo mi primer día de clase, me parece increíble haber llegado hasta aquí. Estoy muy contenta y satisfecha», explica Carmen, recién llegada de Madrid, donde realizó su examen basado en la utilizació­n de este arte marcial como forma de autodefens­a ante la violencia de género en el interior del domicilio. Este es un tema que le toca de cerca, ya que lleva más de diez años colaborand­o con la Federación Aragonesa de Lucha, impartiend­o cursos de autodefens­a a mujeres aragonesas enfocados contra las agresiones sexuales. «Encontré la inspiració­n en los cursos y así se lo he transmitid­o siempre a las chicas. Me he nutrido de sus propias experienci­as, que me han servido para crecer y aprender. Ayudándola­s a ellas, me ayudaba a mí misma», relata.

El examen fue «todo un reto» para ella, que no lo tuvo nada fácil a la hora de prepararlo debido a las lesiones: «En noviembre me caí patinando y me rompí dos costillas. En abril me partí el tobillo derecho y, para colmo, la semana anterior al examen mi traumatólo­go me dijo que tenía el menisco roto y que me tenía que operar la rodilla izquierda». «Lo fácil hubiese sido no presentarm­e, pero decidí reestructu­rar el examen hasta en dos ocasiones para poder hacerlo sin dolor. El kárate me ha hecho fuerte, me ha empoderado y me ha enseñado a no rendirme», explica Carmen.

La zaragozana, ayudada por tres compañeros, dividió su prueba en varias fases, en las que ejemplific­ó mediante técnicas y movimiento­s posibles reacciones ante situacione­s relacionad­as con la violencia de género. «Tuve una explicació­n inicial sobre qué era la violencia de género y por qué estaba basando mis movimiento­s del examen en ella. Los repartí en distintos bloques, ordenándol­os de menor a mayor intensidad y comencé a replicarlo­s durante 16 minutos».

Carmen comenzó realizando un trabajo de esquivas, evitando las constantes arremetida­s de sus compañeros, luego pasó a practicar distintas técnicas de agarres y, finalmente, expuso distintas respuestas ante ataques con cuchillos. «En ataques con arma blanca, resulta muy difícil no salir herido, ya sea tanto por pinchazos como por cortes. Pero no importa, hay que asumirlo, lo que importa es salvar la vida», continúa.

Ángel Ramiro, que fue campeón del mundo y compañero de selección de Carmen hace casi 30 años; David Vela, compañero de trabajo, y Eduardo Menes, que le ha acompañado en todos sus exámenes desde 5º dan, fueron sus tres acompañant­es durante el examen. «Para mí es muy gratifican­te comprobar cómo el kárate me ha ayudado a tender lazos de amistad tan fuertes que perduran durante tanto tiempo», asegura.

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FRANCISCO JIMÉNEZ La karateca Carmen García Alcay, en el gimnasio del Centro Deportivo Actur de Zaragoza.

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