Los accionistas del BBVA dan un respaldo masivo a la opa sobre el banco Sabadell
El 96,54% de los participantes en la junta extraordinaria celebrada ayer dieron su voto a favor de la compra
BILBAO. BBVA recibió ayer un respaldo mayoritario de sus accionistas para continuar con la opa lanzada sobre el Banco Sabadell y que, previsiblemente, no se sustanciará hasta principios de 2025 después de superar otros trámites pendientes. Ayer, los accionistas de BBVA aprobaron realizar una ampliación de capital de hasta un máximo de 1.126 millones de acciones. Han renunciado también a su derecho preferente de suscripción, porque esos títulos serán los que se ofrezcan a los accionistas del Sabadell si se superan todos los trámites y la opa comienza a rodar. La ampliación de capital y con ello la opa sobre el Sabadell fue respaldada por el 96,54% del capital que participó en la junta. Un paseo militar para los máximos responsables del banco y también una señal de que a los inversores –muchos de ellos también presentes en el accionariado del Sabadell– ven la oferta con buenos ojos.
En la junta extraordinaria convocada ayer en Bilbao participó –de forma presencial, telemática o a través de una delegación de voto– el 70,75% del capital social del banco. Un porcentaje muy elevado y similar (71%) al de la última junta ordinaria que aprobó las cuentas de 2023. El voto secreto de los accionistas, sin embargo, mantiene oculta la posición concreta adoptada por algunos fondos de inversión que, como es el caso del norteamericano BlackRock, tienen participaciones significativas en ambos bancos.
Pese a ello, las cifras de participación y apoyo a la operación suponen un claro espaldarazo a la gestión del equipo directivo del banco y en especial a su consejo de administración.
Carlos Torres, el presidente de BBVA, defendió la operación no solo por las características positivas que presenta Sabadell y su complementariedad –la entidad de origen catalán tiene una cuota de mercado importante en pequeñas y medianas empresas–, sino también por las bondades de ganar escala en el mercado financiero. «Con la incorporación de Banco Sabadell al Grupo BBVA ganamos escala y diluimos los costes fijos entre una base de clientes más grande, un mayor volumen de negocio, ganando en eficiencia y pudiendo ofrecer a los clientes de ambas entidades mejores productos y servicios a precios más competitivos», indicó.
La fusión generaría unos costes de reestructuración de 1.450 millones de euros en decisiones que no detalló Torres. Se intuye que buena parte de esta cantidad estaría destinada a financiar un ajuste de plantilla y también a abonar las indemnizaciones por la interrupción de algunos contratos con proveedores y socios del Sabadell que sean incompatibles para BBVA. Pero este coste, defendió el presidente, estaría justificado porque la integración de ambos bancos permitiría obtedel ner ahorros anuales valorados en 850 millones de euros, durante los tres primeros ejercicios tras la fusión.
«Que decidan los accionistas» «BBVA ha querido dar a los accionistas de Banco Sabadell el poder de elegir, lo que podrán hacer una vez que se abra el periodo de aceptación. Esperamos que aprecien el sentido estratégico de la operación y decidan participar con nosotros en este gran proyecto de futuro», señaló Torres, que se mostró convencido del éxito.
El de ayer ha sido el segundo paso formal en la carrera de BBVA por hacerse con el control Sabadell. El primero fue la presentación de la opa ante la CNMV, que aún tardará en dictaminar. Pero no es el único paso pendiente. Hay varios más y todos son trascendentes. El que parece más sencillo y claramente a favor de la fusión, es el del Banco Central Europeo; también queda la decisión de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, que podría aprobar la fusión con algunas condiciones. Desde el equipo directivo del banco vasco se apunta que estas cesiones están evaluadas y tendrían una escasa trascendencia.
El principal escollo está en el
Gobierno. El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ya ha dejado claro que el Ejecutivo se opone a la operación, en una posición que claramente está condicionada por razones políticas, no económicas. El gabinete de Pedro Sánchez se ha alineado así con las fuerzas políticas catalanas, que no han dudado en mostrar su oposición a la fusión al entender que sería una pérdida importante para Cataluña.
Pese a ello, BBVA ya ha deslizado la idea de que «la operación sería interesante» incluso si el Gobierno no autoriza la fusión y Sabadell se mantiene como una filial.