Las protestas de familias y docentes crecen por el temor de «recortes» el próximo curso
Los sindicatos denuncian que en septiembre habrá 500 profesores menos solo en infantil y primaria Educación defiende que aún hay que añadir los profesionales para atender las necesidades especiales
ZARAGOZA. La lucha de familias y sindicatos para evitar los «recortes» en profesorado que se prevé a partir del próximo curso se acrecienta en su tercera semana de protestas. «Cada día los datos se van concretando, porque algunos centros estaban esperando a la reunión con el inspector de zona, y se confirman los recortes», señaló ayer José Luis Ruiz, representante de CGT Enseñanza, quien estimó que habrá unos 500 menos solo entre las etapas de infantil y primaria. La consejera de Educación, Claudia Pérez Forniés, defendió que todavía es pronto para hablar de cifras, puesto que se está en una fase «embrionaria» del proceso.
El planteamiento no convence a la comunidad educativa y cientos de personas, muchas de ellas pertrechadas con las camisetas de la famosa marea verde de hace más de una década, se concentraron en el centro de Zaragoza al grito de «no más recortes en educación», y replicándose la estampa en Huesca, Teruel e incluso Utebo. «Es un claro ejemplo del malestar existente», señaló Manel Aranda, representante de CC. OO. Enseñanza, sindicato convocante junto a CGT. También STEA apoyó públicamente la movilización y, por primera vez, se impulsó desde decenas de asociaciones de padres y madres (ampas).
«Esto es solo el principio. Queremos que se dote a la enseñanza pública del personal suficiente», reclamó Héctor Martínez, del colegio Hispanidad. Este padre ve con «mucha preocupación» las dificultades que pueden surgir en el centro cuando haya alguna baja de corta duración y no haya otra forma para cubrirla que «retrotrayendo personal de estaciones de aprendizaje o atención a la diversidad». El próximo curso, según les trasladó el equipo directivo, tendrán 42,25 horas menos de atención directa al alumnado. Y puso el énfasis en que desde Educación hablen de «ajustes»: «Todos sabemos qué se esconde bajo este eufemismo».
Para David Nadal, con dos hijos en el colegio Hilarión Gimeno, la preocupación también se incrementa según llegan nuevas noticias respecto a septiembre: «La estimación del centro es que habrá dos profesores y medio menos y eso son muchas horas de
trabajo que se pierden en perjuicio de nuestros hijos». «Hemos tenido que volver a las camisetas verdes porque han vuelto los recortes», resaltó Inés, madre y docente en el Zaragoza Sur, donde la pérdida podría alcanzar las 41 horas lectivas. Aseguró que el mayor perjuicio es para el alumnado más vulnerable y los desdobles. «Habrá programas educativos que tendremos que suprimir porque no podremos afrontarlos», especificó.
La escena se replicó en Huesca, donde los colegios públicos de la capital perderán, según los
cálculos de CC. OO., 27,5 docentes el próximo curso. Asimismo, habrá afecciones en el resto de la provincia: el CRA Alto Ara de Broto tendrá seis menos o el Montecorona de Sabiñánigo, cinco. Por su parte, el alumnado de Formación Profesional (FP) también se verá «seriamente perjudicado». En el CPIFP Montearagón calculan que perderán cuatro docentes.
A consecuencia de ello, el claustro del Juan XXIII se ha sumado a las movilizaciones que ya se llevan produciendo en otros puntos de la Comunidad durante
las últimas semanas. Se concentrarán hoy y mañana en el patio para denunciar que «habrá más alumnos, con una ratio de 25, pero menos profesores».
Cambios en la rejilla
El problema comenzó cuando los centros recibieron las instrucciones que cada año determinan los cupos de docentes, es decir, el personal más allá de las plantillas ordinarias necesario para el correcto funcionamiento. La relación de profesores y número de aulas, conocida como rejilla, se ha modificado e incluye, tal y como defendió la consejera, «ligeras mejoras» en comparación con la de otros años. Sin embargo, al basarse en ella y no en los cupos de cursos previos se produce, según denuncian sindicatos y equipos directivos, un «recorte» en el número de profesionales.
En los últimos años se solía usar como punto partida el cupo del año anterior y los cambios que se hacían eran siempre en aumento, lo que provocó, en opinión del actual Departamento, una «desnaturalización» de este criterio. Ahora, la premisa es «reorganizar» los recursos y tratar de este modo a todos los centros de una forma «homogénea».
«Salimos con una rejilla que marca que a un colegio con 18 aulas –es decir, dos vías– le corresponden 24 profesores. Por lo tanto, hay seis más para dar el apoyo que necesitan», especificó Pérez Forniés. Además, recalcó que la atención a las necesidades educativas se cuenta aparte, por lo que pidió «tranquilidad» hasta que se culmine el proceso.