Todo es posible
Mi querida hija, si una palabra tuviera que resumirte en tu corta vida, sería ‘valiente’. Si una palabra tuviera que describir lo que sentimos como padres, es ‘orgullo’. Viniste al mundo con muchas dificultades pero ello no impidió que demostraras la fuerza y valentía con la que te enfrentarías a miles de ‘imposibles’ que nos esperaban. Mamá, en uno de esos momentos oscuros, interiorizó una frase que marcaría nuestra experiencia vital: «Lo consiguieron porque no sabían que era imposible». Eran tantas las veces que escuchaba «es imposible» que su fuerza interior como madre quiso transformar todos los imposibles en posibles. Has demostrado que si quieres puedes. Hoy es tu día, tu graduación en primaria. Alzas con orgullo tu diploma, tus ojos se llenan de lágrimas de felicidad, tu cara refleja la satisfacción y tu grito abandera ‘nada es imposible’. Hoy demuestras al mundo que, con mucho trabajo y acompañamiento, aquella persona con necesidades puede como cualquier otra. Hoy le das un zasca al sistema educativo que no confía en la inclusión, realzas el nombre de tus auxiliares, Carmen e Irene, y tu tutor, Íñigo, como las personas que más confiaron en ti, te animaron, te acompañaron y te ayudaron a no rendirte. Das las gracias a todos los profesionales que han confiado en nosotros y han demostrado que no estamos solos, que el amor por su trabajo y por ti puede cambiar los imposibles en posibles. Hoy, tu día es nuestro también, porque sentimos ese reconocimiento desde el orgullo de ver la persona en la que te has convertido y los valores humanos que dejas en las personas que te han conocido en este camino. Orgullo de salir juntos con ese certificado que resume ‘Todo es posible’. María Villar Gordo
EL BURGO DE EBRO (ZARAGOZA)