El Alcoraz vuelve a la legalidad
El Inaga ha dado el visto bueno a la documentación aportada por el Huesca para conceder al estadio la licencia ambiental de actividad tras meses de incertidumbre
El Alcoraz, estadio de la Sociedad Deportiva Huesca, ya posee la licencia ambiental de actividad que le permitirá funcionar con total normalidad después de que hace poco más de un año el ayuntamiento de la capital oscense constatase que esta no existía y reclamase el cese de toda actividad, extremo que se fue evitando en los meses posteriores y hasta esta puesta al día administrativa una vez que ya ha finalizado la temporada oficial. Tras meses de incertidumbre, todo se ha resuelto por los cauces administrativos.
La Comisión Técnica de Calificación de Huesca adoptó la resolución favorable el jueves y ayer por la mañana el Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga) la hizo efectiva. Se cierra así un procedimiento en el que el gobierno municipal ha impulsado la gestión de un asunto que «requería de la máxima diligencia», explicó ayer el Ayuntamiento de Huesca en una nota informativa.
El consistorio otorgó el pasado 6 de febrero el informe favorable a la concesión de la licencia ambiental del campo de fútbol. Posteriormente, se abrió el correspondiente proceso de información pública y, una vez cerrado este, la documentación pasó al Inaga, organismo competente en la licencia ambiental definitiva.
Las actividades desarrolladas en el estadio están sometidas a la Ley Reguladora de Espectáculos Públicos, Actividades Recreativas y Establecimientos Públicos y la Ley de Prevención y Protección Ambiental de Aragón. El Inaga ha revisado que la documentación aportada por la SD Huesca es acorde a la normativa y ha informado favorablemente la concesión de la licencia.
El 17 de mayo de 2023, el entonces alcalde, el socialista Luis Felipe, ordenó el cese de la actividad en el estadio por carecer de la citada licencia, aunque esta medida no llegó a hacerse efectiva. En cuanto el equipo de gobierno actual, encabezado por la popular Lorena Orduna, tuvo conocimiento de este asunto, «comunicó al club la situación, requiriendo la inmediata subsanación», recordó ayer el Ayuntamiento de Huesca.
No hubo respuesta al decreto por parte del club y se hablaba de «perjuicios de difícil reparación» en el caso de que se cerrase el estadio, con la expulsión de la competición y la «desaparición» de la SD Huesca en último extremo con la presentación inmediata de un concurso de liquidación y pérdidas cercanas a los siete millones de euros. Finalmente, las consecuencias no pasaron a mayores y el proceso, dilatado más de lo esperado, ha llegado a su término.
El caso había explotado en los días previos a la visita del Espanyol a El Alcoraz, a comienzos del mes de noviembre, lo que llevó a la SD Huesca a mover ficha con celeridad para espantar la posibilidad de que aquel encuentro se hubiese celebrado sin público en las gradas. Así, entregó al ayuntamiento el reclamado proyecto de refundición de licencias solicitado desde un primer momento y que no se había remitido dentro de los plazos legales, de ahí la amenaza de sanción.
Las obras de reforma y ampliación, hasta 18 actuaciones, que se comenzaron a llevar a cabo tras el ascenso a Primera División en
supuesto para el capitán azulgrana.
El defensa manchego señala en sus pensamientos puestos negro sobre blanco a un año «que nunca olvidaremos»: «La cosa pintaba mal, demasiado mal para ser verdad, parecía una pesadilla, pero pudimos conseguir sacar al equipo adelante», valora con alivio. No se esconde. Ha terminado un año «de muchos 2018 llevaron al Ayuntamiento de Huesca a dictaminar que la reforma global era tan amplia que había que considerar el estadio como completamente nuevo, de ahí la necesidad de unificar las licencias parciales. Una vez recibidos los informes, el consistorio confirmó que eran correctos y el Inaga ha otorgado ahora la licencia.
lloros, muchas noches en vela, pero sobre todo año de hacer honor al no reblar, donde pudimos ver que en los momentos malos se crean las buenas amistades».
Reserva palabras de agradecimiento para una afición que ha estado «a muerte con sus jugadores», y sostiene que «os intentamos devolver vuestro cariño con hasta la última carrera que quedaba
en nuestras piernas». Dedica un último apartado a hablar de su familia y amigos: «Fue año de aumentar la familia –tuvo a su segundo hijo–, de volver a romperme la nariz, de rezar a San Lorenzo y de despedidas, mi Paco (Moré) y mi Mikel (Rico), vaya dos, el fútbol os echará de menos pero muchos os llevaremos en el corazón toda una vida».
Pulido define la temporada con «muchos lloros, noches en vela y no reblar»
El último jugador en lanzar sus reflexiones respecto a la pasada temporada ha sido Jorge Pulido, que expone en sus redes sociales y sin rodeos lo que ha