Insta a Yolanda Díaz a aclarar cuántos fijos discontinuos hay en España
MADRID. El debate que hay en España por el ‘boom’ de los fijos discontinuos que ha traído la reforma laboral ha traspasado ya las fronteras. El Fondo Monetario Internacional (FMI) se sumó ayer a las voces que piden al Gobierno que ponga encima de la mesa el número total de trabajadores intermitentes que hay en la actualidad y aclare además cuántos están trabajando y cuántos no están activos –y no computan en las listas del paro–. En concreto, el organismo con sede en Washington considera que «deberían estar sujetos a un monitoreo más preciso utilizando información estadística adicional» y deja una receta para lograr más estabilidad en este tipo de contrato: incrementar las cotizaciones para la prestación por desempleo de las empresas que tengan mayor rotación de trabajadores.
Pero este no es el único mensaje que lanza el FMI a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, en un extenso informe en el que le hace una enmienda a gran parte de sus medidas estrella. Precisamente cargó contra varias de las iniciativas que la propia ministra estaba defendiendo casi al mismo tiempo en el Senado: reducir la jornada laboral a 37,5 horas, seguir elevando el salario mínimo y limitar y encarecer el despido. Esta serie de promesas que proclamó Díaz ayer chocan con las recomendaciones que hicieron los ‘hombres de negro’.
Así, en mitad del debate sobre si España debe encarecer su despido para adaptarlo a Europa, el FMI abogó por relajar la legislación de protección del empleo «reduciendo la incertidumbre en torno a los costes del despido», mientras en la tribuna la vicepresidenta no solo reiteraba su intención de elevar la indemnización por despido improcedente y hacerla a la carta, en función de las circunstancias personales del afectado, sino que dio un paso más allá y anunció que reforzará las causas del despido objetivo. Incluso dejó caer que prohibirá que una empresa pueda echar a un trabajador cuando registre una caída de sus beneficios o no alcance los niveles que había previsto.
Las pensiones, bajo lupa Asimismo, el organismo tampoco cuestiona la promesa del Gobierno de reducir este mismo año la jornada laboral y situarla el año que viene en 37,5 horas. Así, advierte de que «si no se diseña correctamente», podría incrementar los costes laborales y reducir la producción y los ingresos de los trabajadores a largo plazo, por lo que recomienda acompañar la reforma de «moderación salarial», así como acomodar la heterogeneidad entre sectores a través de la negociación colectiva para contener estos efectos adversos.
Pero tampoco convence al FMI la reforma de las pensiones recién aprobada por el Gobierno y considera que conseguir la sostenibilidad del sistema sigue siendo una asignatura pendiente. Así, le insta a hacer más cambios encaminados a aumentar la edad efectiva de jubilación y recortar la pensión, para lo que apuesta por calcular las prestaciones de los nuevos jubilados con toda su vida laboral.