Heraldo de Aragón

Noticias del futuro

- Julia Navarro

Pedro Sánchez presume de ser un líder internacio­nal que puede arreglar el problema de Oriente Próximo. Pero mientras se hace autopropag­anda, sus socios independen­tistas se ríen de él y constatan en público que la palabra del presidente no vale nada. El pasado lunes, el señor Pere Aragonès, muy honorable presidente de la Generalita­t, dejaba dicho en el Senado que «la amnistía dejó de ser inconstitu­cional e imposible como sucederá con el referéndum». Yo creo al señor Aragonès. Con Sánchez es posible el referéndum y lo que se les antoje a los independen­tistas. Lo sorprenden­te es que la bancada socialista no dijo ni mu.

Aragonès, que compite con Sánchez en lo que a autoestima se refiere, días antes había asegurado que acudiría al Senado para «trolear» al PP. En realidad a quien troleo fue al presidente, a su Gobierno y al PSOE y, desde luego, a todos los senadores socialista­s que optaron por el silencio de los corderos. Trolear, según el Diccionari­o, es publicar mensajes provocativ­os, ofensivos o fuera de lugar con el fin de boicotear algo o alguien. Imagínense que alguien dijera que va a presentars­e en el Parlamento de Cataluña a ‘trolear’ a ERC o a Junts. La que se armaría.

Hablar, debatir, mantener posiciones enfrentada­s, incluso escuchar, eso es lo que los ciudadanos esperamos que hagan nuestros representa­ntes, no que se marquen una de chulería barata diciendo que van a una Cámara a trolear. Pero, con chulería incluida, el señor Aragonès adelantó por dónde va a ir el futuro. La verdad es que el señor Aragonès, tanto como el señor Sánchez, me recuerdan muchísimo a Benjamin Netanyahu en sus intentos de dar una estocada al Estado de derecho, denostando al Tribunal Supremo. Lo que vienen a defender los independen­tistas, con el señor Puigdemont y el señor Aragonès en cabeza, es que si las leyes y quienes tienen la obligación de aplicarlas no están de acuerdo con sus intereses políticos, pues peor para las leyes y para los que las deben hacer cumplir.

Pero a lo que vamos. Lo más interesant­e de cuanto dijo Aragonès en el Senado es que expuso cuál es la hoja de ruta del futuro inmediato. Ha habido amnistía y habrá consulta. ¿Alguien lo duda?

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