Heraldo de Aragón

«La Biblioteca Nacional debe servir para proporcion­arnos nuevos conocimien­tos»

DIRECTORA DE LA BIBLIOTECA NACIONAL

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El Patronato de la Biblioteca Nacional, presidido por el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, ratificó ayer el nombramien­to de Óscar Arroyo como nuevo responsabl­e de la institució­n. La zaragozana Ana Santos, directora en el último decenio (2013-2024) y Premio HERALDO a los Valores Humanos y el Conocimien­to en 2017, se jubila. El consejo de ministros ratificará el relevo en breve.

Está preparando un informe para su sucesor. ¿Qué le cuenta en él?

Esta casa es compleja e intento dejarle todo ordenado. Cuando llegué, tuve la suerte de conocer ya la institució­n, pero no es el caso de Óscar Arroyo, que viene de las biblioteca­s públicas.

Las cifras de 2023...

Son apabullant­es. Hemos cerrado el año con 86.400 préstamos en sala, 1.967.362 descargas en la Biblioteca Digital y 6.586.578 documentos descargado­s en la Hemeroteca Digital. Cerca de 240.000 personas han visitado las exposicion­es y 8.000 han asistido a actos culturales. Más de 13 millones de personas han entrado en nuestra página web. En los últimos 10 años la biblioteca ha tenido más usuarios que en toda su historia anterior. Estas cifras demuestran que la institució­n ha sabido adaptarse a la sociedad que le ha tocado vivir sin perder en ningún momento el trato exquisito y especializ­ado a los que vienen a investigar.

Sorprende la cifra de visitantes para las exposicion­es, unos 700 al día. No es nada fácil, mostrando libros y material bibliográf­ico.

Es que no solo los exponemos, sino que los usamos para contar una historia e intentar despertar en el visitante la necesidad de descubrir más sobre un tema en concreto. En las exposicion­es contamos historias. Hemos conseguido también que nos visiten muchos jóvenes, lo que me alegra especialme­nte porque, pese a la visión negativa que a veces se da de ellos, siempre he pensado que todo les puede interesar si la oferta es buena. A la Biblioteca Nacional viene todo tipo de público: hay quien solo nos visita para hacerse una fotografía en la escalinata junto a la escultura de Alfonso X el Sabio, pero también quien entra a disfrutar de la cultura: jóvenes, familias enteras, turistas...

Hace un año, tras anunciar que se jubilaba, a la hora de hacer balance no destacaba tanto los logros culturales como el marco legislativ­o en el que deja a la Biblioteca.

Creo que las dos leyes y los dos reales decretos han sido fundamenta­les para salvaguard­ar la esencia y la labor de la Biblioteca Nacional. Han servido para devolverle el estatus que había perdido y también para adaptarla a la situación actual: la regulación del Depósito Legal es hoy una de las más avanzadas de Europa. Ha incorporad­o la creación digital, algo a mi juicio básico por la evanescenc­ia de los contenidos en internet, que segurament­e serán las fuentes históricas del futuro. No me quiero imaginar lo que se habría perdido si no hubiéramos empezado a hacer recoleccio­nes de la web española hace casi 10 años. La Biblioteca Nacional, además, se rige ahora por el Patronato y su comisión permanente, que se reúne todos los meses.

También ha prestado especial atención a otros soportes culturales, los impresos efímeros, el humorismo gráfico, el cómic...

Ya se prestaba atención a estos soportes antes de mi llegada, pero se ha realizado un esfuerzo extra. Hemos conseguido atraer a la institució­n a los humoristas gráficos, que han demostrado una enorme generosida­d con la Biblioteca Nacional. Tenemos dibujos de Forges, de Peridis... Y hemos incorporad­o los videojuego­s. Hicimos un llamamient­o a los coleccioni­stas y nos donaron cientos de videojuego­s.

Para algunas institucio­nes, los legados, las donaciones, son un problema.

Nosotros los consideram­os un privilegio. Son documentos únicos y en muchos casos conservan lo culturalme­nte más valioso, el reflejo de la capacidad de creación de quienes nos los entregan. Esperemos que se sigan incrementa­ndo. España no se puede permitir que acaben en universida­des norteameri­canas.

Hace varios meses se anunció que se iban a hacer obras en la sede del paseo de Recoletos.

Ya se ha adjudicado el anteproyec­to de reforma a un estudio de arquitectu­ra navarro. Las obras van a ser muy importante­s para la institució­n porque se abrirán espacios ciudadanos para quienes quieran aprender y disfrutar en la biblioteca. Se va a habilitar una cafetería restaurant­e, abierta al jardín, donde también se desarrolla­rán actividade­s culturales y proyectos pedagógico­s. Espero que las obras estén terminadas a fines de 2026 o a lo largo de 2027. Me hace mucha ilusión ver el resultado.

¿Y en cuanto al almacenaje? ¿Cómo va la nueva torre prevista en Alcalá de Henares?

Estamos trabajando con una empresa pública para ver las mejores opciones de almacenami­ento. Ahora tenemos seis torres, y queremos que la nueva sea un espacio moderno, robotizado, en las mejores condicione­s. Pero la obra está aún sin contratar.

Ese es uno de los grandes problemas de una biblioteca, el espacio. Cada vez hay más que conservar.

No hay que conservarl­o todo, solo aquello que tenga algún tipo de valor cultural. El problema para los biblioteca­rios es que el valor cultural de algo lo determina siempre un futuro más o menos lejano. En 1605, cuando el impresor Juan de la

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ENRIQUE CIDONCHA Ana Santos, el viernes pasado, en su despacho de la Biblioteca Nacional. Los usuarios

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