«Quiero disfrutar de ser portero del Real Zaragoza»
FUTBOLISTA DEL REAL ZARAGOZA
¿Dónde estaba y qué estaba haciendo cuando el Zaragoza le dice que le quiere fichar?
Hubo contactos hace un tiempo para interesarse por mi situación. Y rápidamente se convirtió en una opción para mí, una opción increíble y muy buena. El Zaragoza está en Segunda pero es un club de Primera. Creo que fue el 4 de enero cuando las cosas se movieron y el día de Reyes ya estaba preparando cajas para venir.
¿Quería jugar a toda costa después de caer a la suplencia en Elche siendo allí una figura muy emblemática?
Necesitaba un cambio. Apareció esta opción, y no hay que pensárselo mucho cuando te llama el Zaragoza. Lo de jugar o no jugar depende del entrenador todas las semanas. No es una cuestión de venir aquí porque sé que voy a jugar seguro. Vengo para sumar mi experiencia y ayudar al equipo. Creo que estoy en condiciones de hacerlo jugando, pero eso lo decide el entrenador.
¿Es diferente competir por el puesto en la portería? ¿La suplencia se mastica de otro modo?
Al final, con los años, me he dado cuenta que formo parte de un colectivo. Y lo importante, más que jugar, es conseguir los objetivos grupales. Yo no salgo del Elche porque no jugara, sino porque necesitaba un cambio después de lo que me transmitió allí el entrenador. Jugar es importante, pero no lo más importante. Lo relevante es lo colectivo. Yo firmaría ahora mismo no jugar más y que el Zaragoza ascendiera a Primera División.
¿Cuándo se dio cuenta de que podía vivir de la portería?
Estuve tres años en el fútbol base del Barcelona. Cuando me dan la baja, dudo en si dedicarme al fútbol o al tenis. Era también muy difícil, y al final… pues me gustaba jugar al fútbol. Pasé al Cornellá, luego al Espanyol, y es allí, conforme voy subiendo categorías y en sub-17 me llama la selección española, cuando me doy cuenta de que puedo disfrutar de ser profesional. Me decían que era bajito, pero sabía que podía hacer una buena carrera. Y ahora estoy en el Zaragoza. Y no lo digo porque esté ahora aquí, es que no todo el mundo puede decir que ha jugado en el Zaragoza.
¿Hasta qué punto le ha condicionado el tema de su altura? ¿Cómo lo ha compensado?
No es cuestión de compensar nada. Al final tiene algo de tópico. Uno no es bueno o malo por sus características, sino por su rendimiento en el campo. Yo, a pesar de no medir 1,90, me he desenvuelto bien en el juego aéreo. He cometido errores, como todos, pero no un gran número. Soy un portero completo, y eso no me ha limitado para nada.
¿Es más valiente que otro tipo de porteros?
Más proactivo, quizá. Soy competitivo y trato de anticipar las situaciones.
¿Cómo se gestiona el riesgo en milésimas de segundo? ¿Es más un portero de instinto que de fundamentos?
No. Soy un portero de concentración. Si estás concentrado en el partido no te das cuenta de nada, de si hay mucha gente en el campo, si te están aplaudiendo, si te están pitando… Estás centrado en el trabajo.
¿La concentración va en la personalidad?
Puede ser. Soy una persona muy ordenada, trato de estudiar mucho…
¿Sus reflejos, su agilidad y su velocidad de reacción han podido estar influidos por ese pasado en el tenis?
Creo que es al revés. Por mis características físicas, se me han dado siempre bien este tipo de deportes, como el tenis, el pádel…
¿Cómo digiere los errores en una posición tan expuesta a ellos?
No soy de los que se machaca. Los errores me vienen bien para darme cuenta de lo complicado que es mantener la regularidad y la concentración. Cuando he cometido alguno, el resto del partido suelo terminarlo muy bien.
Los porteros, por manías, extravagancia, soledad o rarezas, suelen ser la especie ‘diferente’. ¿Qué tiene Edgar Badía de diferente?
Sí tengo cosas, pero no por ser portero, sino dentro del mundo del fútbol. Tengo mis estudios, mi empresa de guantes… Al final, sí me siento diferente en ese sentido. Yo también tengo mis rutinas y mis supersticiones para alcanzar el punto perfecto de concentración cuando juego.
Estudió una ingeniería y le gusta la física. ¿Qué hay de física en la portería?
Es verdad que es una posición muy relacionada con la física: la fuerza, la velocidad… Son factores que hay que tener muy en cuenta.
Su empresa de guantes se llama Two Five Gloves. ¿Cómo surgió la idea?
Soy socio con Tomeu Nadal, portero del Tenerife, y Joan Compte, que está más en el día a día de la marca. Hace tres o cuatro años dimos el paso, yo quería aventurarme en el mundo empresarial y hacerlo con algo relacionado con la portería, mi pasión, es fantástico. Me atraía mucho la idea de desarrollar el producto, probarlo y lucirlo. Muchos porteros profesionales están apostando por nosotros. Estamos creciendo mucho.
Ya le habrán dicho que, en la portería del Zaragoza, la sombra de Cristian es muy alargada. Usted debutó en el Espanyol relevándolo a él. ¿Lo ha visto cambiado?
Aunque no he coincidido en el mismo equipo, desde entonces, con él, nos hemos enfrentado mucho y hemos tenido ese contacto. Es verdad que ha madurado mucho. Ha crecido. Ha tenido un rendimiento espectacular. Pero yo no hablaría de la sombra de Cristian. Al final, es un jugador muy valioso para el club y lo sigue siendo. Yo he venido a ayudar como sea, jugando o no. Mi objetivo es volver a Primera esta temporada, acercarnos a los puestos de ‘play off’. Pero yo no pienso en ninguna sombra, ni en lo que ha hecho Cristian. Yo quiero disfrutar de ser portero del Zaragoza.
¿De verdad se disfruta siendo portero?
Sí, sí. Yo, al menos, sí.
Usted fue un villano, en aquella promoción de ascenso de 2020, una pesadilla para el Zaragoza. ¿Toca ahora ser un héroe?
Más que ser un héroe, mi intención es que podamos cumplir los objetivos. Creo que el Zaragoza debe estar en Primera. Ya son muchos años. Tarde o temprano hay que llevarlo a ese lugar. Esa es mi idea. Ojalá sea esta temporada, porque hay plantilla para lograrlo.
Usted ascendió con el Elche después de un año en la zona media de la tabla, subiendo poco a poco, y clasificándose al ‘play off’ en la última jornada. ¿Cuáles son las claves para replicar eso en el Zaragoza?
El día a día y no despistarse mirando la clasificación. Hay que estar cerca de arriba, pero no centrarse en eso. Ni cuando ganas ni cuando pierdes hay que separarse del camino del día a día.