Seguir soñando
A la misma distancia de la promoción que del descenso, a seis puntos, el Real Zaragoza se encuentra en tierra de nadie. Acaso en el paraíso de la tranquilidad, pero lejos de sus aspiraciones de comienzo de la temporada. Lo peor no es esto, sino que hay muchos entre él y la zona noble de la tabla y que, además, esos rivales están demostrando encontrarse en mejor estado de forma. Es evidente que Velázquez no ha aprovechado la larga pausa navideña para hacer a los suyos mejores, más competitivos.
Fue profundamente decepcionante su inane actuación en Elda, a pesar de haber sumado un punto. Fue un equipo menor y los equipos menores no consiguen premios mayores. Lo más positivo, el debut de Badía. Siempre había creído que la plantilla era mejor que el equipo pero, ya con el segundo entrenador, empiezo a dudarlo y a pensar que, probablemente, sea su techo el que estamos viendo.
Como en el fútbol la ilusión se renueva cada semana, ahora el foco está puesto en el partido de esta noche contra el Andorra, metido en zona de descenso, al que ya se le ganó en su campo. Los visitantes sólo han sumado seis puntos fuera de casa, con una solitaria victoria muy lejana, en la primera jornada de la liga. Son los segundos peores en este registro. En teoría deberían ser un rival asequible. Pero, con el nivel que están dando los blanquillos, todos los partidos son muy complicados.
Después de cuatro empates consecutivos, el Real Zaragoza necesita sumar de a tres para no quedarse estancado. Se juega en La Romareda, lo que tampoco es decisivo porque allí de once encuentros ha ganado cuatro. Quizás sea, a pesar de todo, un buen día para seguir soñando.