Reforma constitucional y sensibilidad social
La tercera reforma de la Constitución española –aprobada ayer en el Congreso– supondrá sustituir en su artículo 49 el término ‘disminuidos’ por el de ‘personas con discapacidad’ y explicitar que estas personas son titulares de derechos en «condiciones de libertad e igualdad reales y efectivas». El programa de fin de año de una cadena de televisión, poquito antes de las campanadas, en una parodia sobre Rubiales, versionando a Mary Poppins, cantaban el estribillo (minuto 1.54 de la canción, visible en Youtube): «Mujeres del deporte dicen ya basta, se acabó de aguantar tanto subnormal». Me chocó y escribí al correo electrónico de ese grupo artístico, exponiéndoles mi tristeza por esa rima fácil, por lo que implica emplear subnormal como calificativo despectivo. También al buzón de sugerencias de la cadena televisiva, en términos similares. De manera ‘real y efectiva’, nadie de esa corporación ni del grupo artístico respondió a los correos; aparentaría no merecer un contraste de opiniones. De manera ‘real y efectiva’, ningún medio de comunicación, partido, asociación se sintieron interpelados, tampoco tertulianos, cuando la minuciosidad es la regla (a mi parecer equivocada pero esperable) en tiempos de corrección política. No creo que la reforma constitucional refleje un cambio social ‘real y efectivo’, ni de mentalidad ni de sensibilidad. Abundan las evidencias de esa discriminación interiorizada y banalizada, daría para mucho. Pero ésta en concreto, que la palabra subnormal sea sinónimo de impresentable, o algo así, risible, en horario de máxima audiencia, sin generar una pizca de reflexión, me duele y me convence de que es mejor no pertenecer a la normalidad. Gracias por su atención.
Luis Antonio Sáez Pérez
ZARAGOZA