«Pedimos menos impuestos o que los grandes paguen igual que los pequeños»
En Aragón hay unos 100.000 autónomos, acostumbrados a ser resilientes ante crisis y cambios. Chus Mompel es una de ellos y analiza los retos del colectivo
El colectivo de autónomos en Aragón lleva meses por debajo de las 100.000 personas, una barrera casi psicológica. El saldo de altas y bajas en el régimen especial por el que cotizan a la Seguridad Social (RETA) se quedó en 99.214 autónomos en abril, 1.000 menos que hace un año.
Durante la pandemia de covid, las líneas de avales del Gobierno central para pedir créditos ICO fueron el recurso de algunos para mantenerse a flote. Han tenido que afrontar las restricciones de la desescalada, el precio disparado de las facturas de la luz y cambios normativos como el dirigido al ahorro de energía en sus locales. Este año comenzó con subida en las cotizaciones y el nuevo sistema hacia el pago por ingresos reales.
Chus Mompel, autónoma zaragozana, asegura que sale «reforzada» de cada crisis. Cuenta con casi dos décadas de experiencia como emprendedora desde su tienda Esenzia, de ropa de mujer. Su carácter resume el empuje de un colectivo acostumbrado a reinventarse.
A los políticos les pide en esta campaña electoral que acaba de comenzar, que no sobrecarguen más de impuestos al colectivo. «Que no traten a las microempresas igual que a las medianas empresas», reclama. Considera «injusto» que no se haga esta diferencia en muchas ocasiones a la hora de legislar. Ella solo tiene una trabajadora, pero reconoce que le supone un coste elevado. Todavía no está segura de si el nuevo sistema de cotización le resultará más o menos beneficioso. Actualmente cotiza más a la Seguridad Social pero, en parte, porque se ha subido ella el tramo que paga pensando en que le quede mejor jubilación. «Me quedan 10 años para jubilarme», explica casi con alivio.
Reclama «menos impuestos o que las grandes marcas paguen igual que los pequeños porque muchas veces se hacen fundaciones que les ayudan a eximirse de pagar impuestos», critica.
La salida del confinamiento y las restricciones de la pandemia de covid fueron positivas para su negocio porque «la gente tenía ahorros». Ahora empieza a notar el peso de la subida de las hipotecas y la inflación, pero se mantienen las ventas. Entre el cambio de hábitos que dejó la crisis sanitaria destaca la necesidad de vender por internet y estar presente en las redes sociales, algo que requiere «tiempo y dinero», afirma.
Le preocupa saber «qué pasará si no hay más descuentos del Volveremos». No está segura de si los clientes continuarán acercándose al comercio de proximidad si no siguen esos descuentos municipales. Lanza una última petición a la clase política: «Que discutan menos y piensen en el ciudadano».