‘Repliegue’ en bicicleta
Los soldados rusos dejaron armas, blindados e incluso sus uniformes para no ser detectados por los drones en su retirada de Járkov
Quizá se encontraban demasiado confiados después de muchas semanas de ocupación. O simplemente no lo vieron venir. El caso es que cientos de soldados rusos salieron a la carrera de manera literal este fin de semana pasado cuando se percataron de la contraofensiva ucraniana que ha permitido a Kiev recuperar una veintena de asentamientos de la región de Járkov. Los vecinos se quedaron perplejos al observar la precipitada marcha de los militares, «la mayoría muy jóvenes y asustados», según uno de sus testimonios, que incluso llegaron a disfrazarse de civiles y robar bicicletas para escapar del frente tras más de seis meses de ocupación a manos de las tropas rusas.
«Simplemente tiraron los rifles al suelo», relataba ayer en el diario ‘The Washington Post’ Olena Matvienko, una residente en una aldea donde, según las imágenes recogidas por medios ucranianos, los rusos abandonaron vehículos militares y cajas de municiones. «Se las devolveremos por el aire», ironizaba un mando kievita ante un arsenal arrumbado en una vivienda de Izium junto a uniformes rusos, chalecos y latas de comida. «No la probaremos, por si ha sido envenenada», dijo.
En otra fotografía puede observarse a una joven contemplando un tanque completamente abrasado a causa del impacto de uno de los misiles suministrados por Estados Unidos y otros países aliados, y que tanta importancia están teniendo en el giro de enfoque de la invasión. El propio presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, dijo en su mensaje diario a la población que tiene la «determinación clara» de ganar el conflicto bélico, pero su objetivo requiere del apoyo armamentístico de Occidente para seguir «siendo fuertes». Zelenski consideró el próximo invierno como un aliado de su Ejército que puede ser determinante en la «expulsión» fuera del país de las fuerzas rusas.
Pero no solo es munición lo que han dejado atrás los invasores. Una brigada de expertos forenses ha iniciado la exhumación de cadáveres y trata de identificar los cuerpos de civiles acribillados a tiros que permanecen en las calles desde hace días o semanas. Entre ellos figuran un guarda jurado de una fábrica donde los rusos apostaron francotiradores y dos hombres que no respetaron el toque de queda impuesto a las seis de la tarde.