Histerias e inspiración
Pido ayuda para mi falta de inspiración, que el calorazo del verano ha secado todas mis fuentes, y mi gurú particular me manda no uno sino hasta cuatro asuntos inspiratorios. Pero debo confesar que me superan, no soy capaz de sacarles punta. Demasiado complejos para mí. Aunque hay uno, firmado por Juan Manuel Blanco, que habla de histerias colectivas, y en particular de la originada por la pandemia del covid.
Dice el señor Blanco: «La histeria covid trajo consigo la prolongación de unas restricciones desproporcionadas, que causaron daños psicológicos, sanitarios, sociales y políticos muy superiores a los de la enfermedad. (…) A dos años del inicio, aún no se ha recuperado la racionalidad. La histeria persiste en ese desmedido pánico al contagio (con muchas familias encerrando a algún miembro en una habitación), en unos síntomas post-covid generalmente producto de la sugestión y en el extendido estrés postraumático por el que son atendidas muchas personas, simplemente por haber dado positivo en un test. No es fácil nadar a contracorriente de una histeria colectiva. Pero, en una sociedad que valora la libertad, es deber de todo ciudadano mantenerse crítico, no abrazar de manera irreflexiva cualquier criterio, simplemente porque lo mantengan los demás… o lo diga la televisión».
No sé si el señor Blanco exagera o no, aunque algo de verdad hay en lo que dice. Lo compruebo cuando aún veo a personas llevando su mascarilla en exteriores, o en el hecho de que en muchos interiores siga siendo obligatorio. No sé si esta prevención sanitaria es excesiva o no, si hay todavía razones que la motiven, o si esa histeria colectiva de la que habla el artículo del señor Blanco tiene algo que ver con esa obligatoriedad. Por la misma razón, debería ser prescrita ante otros virus que pululan desde hace tiempo entre nosotros, como el de la gripe. Pero este es un asunto vidrioso que prefiero dejar que resuelvan las autoridades pertinentes.
Mi falta de inspiración no tiene que justificar que me meta en camisa de once varas, o en camisa ajena. Y en la medida en que lo haya hecho, pido excusas. En cualquier caso algo de culpa tiene también mi gurú que me ha incitado con el artículo del tal señor Blanco. Pero es que estoy algo histérico con mi falta de inspiración, o de no saber encontrar