Granada Hoy

Repertorio e identidad marcan el horizonte de la Banda de Atarfe

● La formación iliberitan­a que dirige Alberto Vallejo ofrece un concierto en la víspera del Domingo de Ramos para luchar contra el cáncer infantil

- Davíd Garcia Trigueros

Alberto Vallejo

Director Banda de Atarfe

Queríamos marcar un repertorio cofrade muy definido: buscamos la recuperaci­ón histórica

Este Sábado de Pasión la música granadina tiene una cita importante en Atarfe. Lo hace de manos de la banda municipal de esta localidad del área metropolit­ana en un concierto que pretende no dejar indiferent­e a ningún melómano cofrade. Bajo el título de Legado cofrade: 1889-1999, la formación musical que dirige Alberto Vallejo (Granada, 1988) recuperará la memoria de músicos como los Font, Turina, López Farfán, Gámez Laserna o José Albero. Un concierto para recaudar fondos para la asociación Aúpa, que lucha contra el cáncer infantil, pero que pretende también reivindica­r piezas históricas de la música procesiona­l a la vez que defender un repertorio arriesgado en el contexto cofrade granadino, por su apuesta por la solemnidad, el clasicismo y la calidad. La Banda de Atarfe, con Vallejo al frente de la batuta, pisa fuerte. Son muchos los que aún recordamos a la banda tocando cada Domingo de Ramos tras la Virgen de la Paz. Sin embargo, el aire y el corte que tiene ahora la banda dista mucho de la de aquel entonces... Ahora, con un poso y madurez distintos, buscan una identidad propia. Una forma de ser que, sin renunciar a su pasado, busca su propio hueco dentro de un cada vez más exquisito y depurado panorama musical.

–Alberto, ¿qué ha llevado a la banda a reinventar­se de esta manera y a apostar por un repertorio como el que ahora lleváis? Marchas clásicas, fúnebres...

–Pues, sobre todo, mi experienci­a tras haber tocado con la Banda Municipal de Sevilla. Queríamos marcar un repertorio cofrade muy definido, muy concreto. Buscamos la recuperaci­ón histórica, las marchas de calidad. Esto, a veces, nos está llevando a recibir muchos portazos en cuanto a crucetas con las hermandade­s, pero queríamos reivindica­r este tipo de marchas e ir marcando nuestra propia línea. Pero también tocamos marchas que hoy suenan, que están de moda, como La Esperanza de María. Tenemos que pasar por ahí.

–Es importante tener una línea, una identidad y un repertorio dentro del mundo de las bandas y de la Semana Santa.

–En general existe un gran desconocim­iento, ya no sólo en las hermandade­s sino también dentro de las propias bandas. Muchas veces hemos tirado para un sitio u otro, dejándonos llevar por las modas. Además, en el mundo de las cofradías, ciertos asesores musicales no ayudan, porque buscan más lo que les gusta que lo que realmente necesita la hermandad. Cuando se hace una cruceta es importante que todos salgamos contentos y saber todos en qué territorio nos manejamos.

–¿Por qué es tan importante una cruceta?

–Para poder crear esos momentos que nos gustan a los cofrades. No vale pedir una marcha u otra, hay que pensar en si eso beneficia a la banda y al propio paso: si estoy en campo abierto, si hay edificios, si en una revirá se parte la banda... Hay que saber qué repertorio llevas y conocer muy bien a la hermandad y a la propia banda para saber encajar todo eso.

–¿Y por qué es importante una identidad en una banda?

–La música que se toca tiene que estar acorde con la instrument­ación. Y cada banda es muy personal. “Yo quiero tocar como Tejera”: pero hay que saber qué tipo de músicos tienes para poder tocar como Tejera. Y está muy bien a otras bandas, pero tienes que fijarte en cómo son tus músicos para poder programar y crear un repertorio.

–En una banda como la vuestra, con una presencia de jóvenes tan importante, ¿cómo se valora este tipo de repertorio?

–Como venimos de algo distinto, a veces cuesta. Aún así, hay muchos músicos que sí valoran la música que estamos haciendo. Yo también me encargo de hacer pedagogía y explicar en los ensayos por qué metemos esta marcha y no otra. Intento transmitir­les el gusto por la música cofrade: cómo en dos marchas de una misma época, López Farfán es capaz de romper con todo, como en Pasan los campanille­ros y contrastar­lo con la música que hace en La Victoria de María. Intento ganármelos con esos detalles: en cómo se va dando siempre una vuelta de rosca, la repercusió­n de estas marchas en su estreno... Poco a poco, se van convencien­do.

–Una apuesta complicada.

–Y más en una banda como la nuestra, con músicos amateurs. Intentamos siempre buscar ese punto medio, entre lo artístico y lo social. Entiendo que muchos quieran que sólo toquemos Mi Amargura, pero tenemos también que aspirar a lo más alto, para ir subiendo en cuanto a programaci­ones. Hay que informarse y formarse para poder convencer.

–Y con esta apuesta y línea estética, musical... ¿cabe la posibilida­d de volver a abrirse hueco en la Semana Santa de Granada? Vuestra nueva carta de presentaci­ón, tras la Virgen del Carmen el 8 de diciembre, dejó un gran sabor de boca.

–No tocábamos en Granada desde hace años y veníamos todos muy motivados. Además, era un puente, con la ciudad a rebosar, muchas hermandade­s, muchos cofrades y músicos arropando a la Gran Madre. Para nosotros era una manera de reivindica­rnos y de hacer una llamada de atención: “oigan, que también sabemos hacer esto aunque hubiésemos estado en la sombra por la línea musical que teníamos...”.

–Ninguna campaña de publicidad mejor que esa.

–Tenemos intención de buscarnos un hueco. Es el objetivo que nos motiva a los músicos: muchos hace años que no tocan en Granada y otros no lo han hecho todavía nunca. Para eso tenemos que convencer diferencia­ndo nuestro repertorio, recuperand­o piezas históricas y apostando por el repertorio granadino. Es lo que venimos haciendo: dando a conocer el trabajo de nuestra tierra allí donde tenemos la oportunida­d de tocar. Que la gente sepa quién es Ruzafa, Ballestero­s...

–¿Y detrás de qué palio os gustaría ir?

–Siendo exquisitos, hay hermandade­s que piensan en repertorio­s como el nuestro. Pero no me atrevo a decir nombres por respeto a las bandas y compañeros que tocan detrás de esas hermandade­s.

–El respeto. Gran palabra en el mundo de la Semana Santa y de las bandas...

–El respeto es la base. Yo cuando hablo de las bandas de Granada, lo hago con el corazón en la mano, y pongo como referentes a Armilla y Padul. ¿Por estar en otra banda voy a criticar su trabajo? Si lo hacen tan bien como lo hacen en ellos, hay que apoyarlos.

–Quizá esa falta de respeto, o incluso de intrusismo, es lo que ha llevado a la volatilida­d de las bandas.

–Pero eso está cambiando. Hay cambios en las directivas y en los directores. Estamos entrando en otra época y la relación entre las bandas también es otra. Hay un ambiente renovado y de respeto. Yo me siento orgulloso de las bandas que tenemos en la provincia. Aunque también es verdad que hay bandas que no juegan limpio. En Atarfe lo hemos vivido: ha habido otras bandas que venido un Viernes Santo ofreciéndo­se gratis. Y contra eso no se puede luchar ni con el mejor repertorio del mundo. Pero también hay hermandade­s que son serias y prefieren pagar y apostar por la calidad. Por eso es importante crear conexión con las hermandade­s. Nosotros llevamos muchos años tocando en Atarfe, Baza, Arriate, Almogía... No somos de ir cambiando. Conforme pasa el año se va fraguando el repertorio, y conoces el itinerario, el carácter de la hermandad...creo que hay hermandade­s y bandas que buscan esa relación.

 ?? JESÚS JIMÉNEZ / PHOTOGRAPH­ERSSPORTS ?? Componente­s de la Banda de Atarfe, con su director, Alberto Vallejo.
JESÚS JIMÉNEZ / PHOTOGRAPH­ERSSPORTS Componente­s de la Banda de Atarfe, con su director, Alberto Vallejo.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain