Granada Hoy

EL FUTURO

- @JavierRAlc­azar

PEDRO Sánchez ha dicho que las vacunas son el futuro y algunos han entendido que las precaucion­es son el pasado. Ahí tienen a los hinchas del Atlético de Madrid animando el miércoles a su equipo, juntitos y sin mascarilla; o al alcalde de Granada, Nuestro Salvador, que ha vuelto a convocar plenos presencial­es. En el pasado las pandemias se combatían con rogativas y procesione­s; con las vacunas hemos ganado eficacia: es lo que tiene la tecnología.

Hace unos años se puso de moda decir que las tecnología­s eran una construcci­ón social. Esto es verdad en varios sentidos. Por ejemplo, depende de factores sociales el que las vacunas se hayan desarrolla­do en unos países y no en otros, que lleguen a unas poblacione­s antes que a otras y que algunos se enriquezca­n desmesurad­amente gracias a ellas. Pero que las vacunas sean una construcci­ón social no quiere decir que sean un mero artefacto retórico, que no protejan del virus o que el virus sea un cuento chino: el virus existe y las vacunas son eficaces. Por eso ayer fui tan contento a vacunarme. Fui sin dudarlo, en cuanto me llamaron. No sentí miedo hacia la vacuna ni lo siento hacia la tecnología en general, pero sí me dan miedo algunas superstici­ones que rodean a las tecnología­s. Por ejemplo, la idea de que estas llegarán al rescate de cualquier problema, sin necesidad de que alteremos nuestros hábitos personales y sociales. Hay quien cree que no necesita mejorar su alimentaci­ón ni hacer ejercicio, porque puede comprar en la farmacia unas pastillas contra el colesterol; o que podemos seguir fabricando plásticos y quemando gasolina, porque llegarán los artefactos que eliminen los residuos y produzcan energía de forma limpia e ilimitada.

Las tecnología­s, sin embargo, suelen traer algunos problemas al tiempo que solucionan otros. Los antibiótic­os han salvado muchas vidas, pero su abuso es ya un grave reto sanitario. Cuanto menos capaces seamos de combatir la Covid-19 con nuestra conducta, más dependient­es seremos de los laboratori­os que producen las vacunas. De este modo, las vacunas, aunque nos liberen de la enfermedad, pueden hacernos menos autónomos.

Dejar nuestro futuro completame­nte en manos de las vacunas es un síntoma de inmadurez. Si lo hacemos, la pandemia se habrá llevado parte de nuestra libertad; a menos que entendamos, como Ayuso, que la libertad consiste en que los bares estén abiertos y la gente elija su tapa.

Cuanto menos capaces seamos de combatir la Covid con nuestra conducta, más dependient­es seremos de los laboratori­os

 ?? JAVIER RODRÍGUEZ ALCÁZAR ??
JAVIER RODRÍGUEZ ALCÁZAR

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain