Conexión hombre-máquina
Partiendo de unos trazos muy sencillos, los diseñadores del Mazda CX-5 han logrado un producto que gana mucho en diseño, calidad interior, acabados y tacto al volante.ahora lo tiene todo para conquistarnos.
EL JINETE Y SU COCHE
La parrilla frontal con sus alas desplegadas identifica a un coche creado bajo el concepto de diseño KODO (alma en movimiento) a partir de líneas sencillas para lograr un conjunto que parece una obra de arte. El capó es más alargado y está más elevado, dando una mayor sensación de dinamismo. Todo se centra en la filosofía japonesa Jinba Ittai, que describe la armonía del hombre y el caballo; en este caso, hombre-máquina.
DINÁMICA IMPECABLE
La carrocería crece ligeramente, el coche es más bajo y el pilar A retrocede para ganar visibilidad. La calidad de conducción ha mejorado mucho gracias a una dirección más precisa, un chasis bien afinado y motores con tecnología Skyactiv más eficientes. Hay un diésel 2.2 de 150 CV y dos gasolina –2.0 de 160 CV y 2.5 de 194 CV– muy interesantes por suavidad de funcionamiento y bajo consumo, con tracción delantera o 4WD.
ACABADOS DE CALIDAD
Las líneas puras y los trazos horizontales predominan en un interior en el que toda la instrumentación se ha enfocado hacia el conductor. La pantalla flotante ofrece información multimedia y la palanca del cambio está situada en una consola elevada, lo que resulta en un manejo más cómodo. Se aprecia una notable mejora en la calidad de los materiales, los ajustes alcanzan un nivel premium y destaca la buena insonorización.