CON UN POCO DE AZÚCAR
‘Repostero y chef’. Entre el naturalismo y la magia se mueve esta feel-good movie francesa, dirigida por el novel Sébastien Tulard y basada en la vida real del exitoso pastelero Yazid Ichemrahen.
DE QUÉ VA: Yazid ha crecido en familias y centros de acogida que le auguran una vida en la marginalidad, pero su talento con la repostería y su obsesión reescriben su futuro.
Un Linguini al que proteger. Cualquiera puede cocinar era el lema que inspiraba Ratatouille (2007), un referente para el director, Sébastien Tulard, que en su debut, rinde homenaje al clásico de Pixar, como nos cuenta a su paso por Madrid. ¡Esa película me encanta! De hecho, la primera vez que Yazid se ponía el gorro de cocinero en Repostero y chef no podíamos dejar de pensar en la escena en que Linguini cocina como una marioneta y nos reíamos porque los dos tienen un poco el mismo aspecto desvalido de alguien que te conmueve y a quien querrías cuidar. La magia de los fogones. Y es que en una sociedad como la francesa (y no es la única), donde el ascensor social cada vez es más esquivo, que un niño nacido en la banlieue y criado entre familias de acogida y centros de menores, acabe convertido en un prodigio de la pastelería es lo más parecido a un cuento de hadas en tiempos del advenimiento del Frente Nacional.
Tulard, con un guion escrito por Cédric Ido (La gravité), oscurece la historia en los flashbacks, pero la endulza en su camino hacia el estrellato gastronómico, atreviéndose incluso a rodar a cámara lenta o macros los momentos en que Yazid despliega su magia culinaria. Cada vez hay más programas de cocina y repostería en TV y todos filman los procesos de la misma manera plana y aburrida, explica. Por eso quería mostrar a Yazid en su burbuja, cuando a su alrededor todo se apaga y está solo en el mundo con sus ingredientes, como si fuera una especie de mago… Como en Fantasía, de Disney, donde todo adquiere vida propia.
ESTRENO: 30 JUNIO
À la belle étoile (Fra., 2023, 110 min.). DRAMA.