La evolución tributaria: conviviendo con las necesidades de la sociedad
hacia una economía más verde, como la imposición del Impuesto sobre el depósito de residuos en vertederos, la incineración y la coincineración de residuos y el Impuesto especial sobre los envases de plástico no reutilizables. Estas iniciativas reflejan un cambio hacia un enfoque más integral de la fiscalidad, que no solo se busca recaudar ingresos, sino también promover objetivos sociales y medioambientales. De esta manera se han incluidos en los últimos años beneficios fiscales en los impuestos directos para animar a los ciudadanos y a las empresas a realizar inversiones en determinados inmuebles que reduzcan el consumo de energía primaria no renovable o en la adquisición de vehículos poco contaminantes.
A pesar de que nuestro sistema tributario es fuerte y está más que consolidado, hay que seguir avanzando, dando pasos hacia adelante para acometer un nuevo desafío que requiere convivir con la denominada era de la inteligencia artificial. En este punto se ha avanzado bastante por parte de las Administraciones Públicas y, además, es necesario. Sin embargo, no hay que correr porque, en estos procesos de reestructuraciones digitales, se generan costes indirectos para las empresas que tienen que adaptase a las obligaciones mercantiles y tributarias que se las exigen en este campo. La inminente factura electrónica para el sector privado supondrá un nuevo reto para el tejido empresarial en cuanto a las relaciones con sus clientes, proveedores y con las administraciones tributarias.
Pero la riqueza de nuestro sistema tributario no solo pivota en los tributos sino en los innumerables criterios administrativos y judiciales que aportan seguridad jurídica a los contribuyentes, eliminan la incertidumbre y completan las lagunas legales. Precisamente este año 2024 se celebra el centenario de los Tribunales Económico-Administrativos que desde el año 1924 resuelven las reclamaciones económico-administrativas para revisar los actos tributarios antes de la jurisdicción contencioso-administrativa.
En definitiva, la evolución del sistema tributario español ha sido y es un proceso dinámico y continuo, impulsado por la necesidad de adaptarse a las cambiantes realidades económicas, sociales y medioambientales. A través de reformas progresivas y ajustes constantes, España ha avanzado hacia un sistema tributario más equitativo, eficiente y sostenible, que busca conciliar los imperativos de la recaudación fiscal con los objetivos de justicia social y desarrollo sostenible.