El magnate inmobiliario que revolucionó la NBA
GRANDES LEGADOS/ Convirtió los partidos de baloncesto de los Lakers en grandiosos espectáculos que le hicieron multimillonario y que cambiaron para siempre el negocio del deporte.
Parejas que se besan delante de una cámara, mascotas gigantes que bailan, vendedores de perritos calientes, hamburguesas y patatas que circulan entre el público, música atronadora, famosos que se dejan ver y atrevidas cheerleaders que bailan al unísono mientras los jugadores de baloncesto esperan pacientemente en los banquillos.
Todo esto forma parte del showtime del basket, un concepto que se convirtió en un negocio en sí mismo y que popularizó el legendario Jerry Buss a través de la franquicia Los Angeles Lakers.
Antes de convertirse en una celebridad, Buss era un doctor en Químicas que trabajaba como consultor en Arthur D. Little, en la oficina estatal de minas y en el fabricante aeronáutico McDonnell Douglas, donde logró ingresos suficientes como para comenzar a invertir en el negocio inmobiliario de Los Ángeles (California), que aún estaba por explosionar.
Varios golpes de suerte en el sector le llevaron a acumular un patrimonio de 350 millones que le permitieron lanzarse al siguiente y definitivo proyecto vital: Los Angeles Lakers.
El magnate compró en 1979 la franquicia de baloncesto más importante del mundo, su estadio Te Forum, el equipo de hockey Kings y varias propiedades inmobiliarias por 67,5 millones de dólares, una cifra desorbitante que Buss supo rentabilizar de manera brillante en su afán por convertir los partidos en espectáculos.
Durante las más de tres décadas en las que estuvo al mando, hasta su muerte por cáncer en 2013, Los Lakers vivieron sus años dorados, ganando diez campeonatos nacionales y contando con estrellas como Shaquille O’Neall, Kobe Bryant, Paul Gasol, Kareem Abdul-Jabbar y Magic Johnson, al que fichó con un asombroso contrato por 25 años y valorado en 25 millones de dólares.
Fortuna
Hijo de la Gran Depresión, Buss era una celebridad entre todos ellos, con una fortuna de cerca de 1.000 millones de dólares y una maestría absoluta por el negocio del márketing y el espectáculo. De personalidad arrolladora, al dueño de los Lakers le gustaba apostar, jugar el póquer y dejarse ver con bellas mujeres.
El magnate de la NBA tuvo muchas relaciones sentimentales y siete hijos, de los que seis trabajaban con él en los Lakers. Su hija Jeanie es actualmente la presidenta del equipo de baloncesto.