El ‘streaming’ puede dar CEO a Disney
En 2026, Bob Iger terminará su segundo mandato como consejero delegado de Walt Disney. Cuando finalizó el primero, fue sustituido por Bob Chapek, responsable de parques temáticos. En esta ocasión, el nuevo consejero delegado podría proceder del segmento del streaming.
Los planes de sucesión son lo más importante para el consejo de administración de Disney. Oficialmente, Nelson Peltz perdió su batalla contra la empresa el mes pasado al no conseguir hacerse con un asiento en el consejo. Extraoficialmente, la presión que el inversor activista ejerció sobre el grupo ya ha reorganizado la empresa. Entre sus prioridades figuran los recortes de costes y los planes de sucesión. Disney está recortando costes agresivamente, aunque la propia lucha de poderes resultó cara, y el precio de sus acciones sube un 16% este año. Ahora dilucida quién debe sustituir a Iger.
Entre los posibles candidatos internos figuran Josh D’Amaro, que dirige el negocio de “experiencias” (parques y cruceros) y los corresponsables de entretenimiento Alan Bergman y Dana Walden, al frente de los negocios de cine y televisión, respectivamente.
Los parques siguen representando una enorme fuente de ingresos de explotación para Disney, y el mayor área de empleo. El precio medio de las entradas está subiendo y la empresa está inmersa en una ofensiva para expandir el negocio, apostando por un aumento de las ventas de entretenimiento en persona. Estos factores sitúan a D’Amaro, un veterano de Disney, en una buena posición. La parte negativa es que las previsiones para los parques no son inspiradoras. El próximo trimestre, la empresa espera que la demanda se “normalice” con respecto al máximo pospandemia.
La caída de los ingresos del negocio de TV tradicional de Disney en los tres primeros meses del año supone una mancha para Walden. Los fracasos de películas de alto presupuesto como The Marvels, la última entrega de la agotada franquicia Marvel, son una mala señal para Bergman. Pero ambos pueden reclamar el mérito de los recortes de costes en el segmento de entretenimiento que ayudaron a la división de streaming a registrar pérdidas operativas de 18 millones de dólares (16,7 millones de euros) en los tres primeros meses del año. Esto supone una gran mejora con respecto a las pérdidas de 659 millones contabilizadas en el mismo periodo del año pasado, aunque no salvó al grupo de anunciar pérdidas netas globales de 20 millones de dólares en el trimestre.
El éxito del streaming es fruto del compromiso. La empresa está concediendo licencias de contenidos a sus rivales y tomando medidas enérgicas contra el uso compartido de contraseñas. Gastar más en contenidos puede dinamitar el beneficio. Basta con fijarse en ESPN, donde Disney aumentó el gasto para añadir más partidos de fútbol a la parrilla y los ingresos de explotación cayeron.
Hay otro motivo más para pensar que se podría escoger a un ejecutivo conectado con el streaming como próximo consejero delegado. Peltz ha señalado al streaming como un problema concreto para Disney. Pero Iger, que era consejero delegado cuando el grupo lo introdujo, lo considera un cambio inevitable. Un ascenso desde la división demostraría el compromiso de la empresa con el negocio.