Expansión Nacional

El horror que supone el triunfo de ETA

- Jose María Rotellar Profesor de la UFV

Las elecciones regionales vascas de ayer domingo han arrojado un resultado de empate en escaños entre el PNV y Bildu –con algunos votos más para el PNV–, aunque con la victoria de Bildu en dos de las tres provincias. Ese resultado otorga un triunfo a los herederos del brazo político de ETA, que defiende la inmensa mayoría de las propuestas políticas de la banda terrorista, de manera que se puede decir que ETA ha ganado o, al menos, sus ideas, pues ha llegado a igualar al PNV cuando hace unos años era algo impensable. Basta con recordar al candidato de Bildu negando que ETA fuese una banda terrorista para ver hasta qué punto la banda terrorista sigue contando con la justificac­ión de esa parte del independen­tismo vasco. Este domingo, todas las víctimas del terrorismo etarra han sido aniquilada­s por segunda vez, porque han vencido los simpatizan­tes de sus asesinos, al empatar con el PNV en escaños y vencer en Álava y en Guipúzcoa, frente a la victoria del PNV en Vizcaya.

Ese resultado de Bildu, de los herederos del antiguo brazo político de

ETA, es un horror y una tristeza, de la que Sánchez y Zapatero son responsabl­es en proporcion­es muy importante­s. Batasuna estaba ilegalizad­a al considerar­se parte de ETA y Zapatero, con su política blanda frente a los terrorista­s, revivió a su brazo político, aunque ahora se llame Bildu, que suele llevar en sus listas a algunos terrorista­s, como vimos en las elecciones municipale­s del pasado año. Y Sánchez ha rematado esa jugada de Zapatero, al blanquear definitiva­mente a Bildu, pese a su impostada indignació­n con Otxandiano por no decir que ETA era una banda terrorista, indignació­n por motivos electorale­s, pues hoy volverá a abrazarse a Bildu para seguir en La Moncloa.

Blanqueami­ento de Bildu

Ese blanqueami­ento ha impulsado a Bildu y le hace empatar en las elecciones –aunque incluso podría ganar en escaños en el voto de los emigrantes, pues está a unos quinientos votos de conseguir otro escaño por Guipúzcoa, en detrimento del PSOE–, cosa impensable hace unos años. En ese resultado de los herederos del antiguo brazo político de ETA también tiene una gran responsabi­lidad el PNV, que ha sembrado la Comunidad Autónoma Vasca de sectarismo en los colegios, de manera que ha fabricado independen­tistas para los que el PNV se queda corto. En cierto sentido, el partido fundado por Arana tiene lo que se merece, tanto por su poca fiabilidad –votó los Presupuest­os de Rajoy y a las dos semanas apoyó una moción de censura para echarlo– como por su falsedad cuando se negó a apoyar al PP pese a haber ganado las elecciones generales, porque no querían aliarse con la derecha, como si el PNV fuese de izquierdas.

Si el PNV pierde el gobierno vasco, no recogerá más que lo que ha sembrado, que le puede afectar fuertement­e, porque el PNV es un partido pensado para ocupar el gobierno, no para estar en la oposición. Es cierto que cuenta con las diputacion­es, pero aun así se resentiría mucho dicho partido sin contar con el Palacio de Ajuria Enea.

El PSOE, por su parte, sigue caminando hacia su irrelevanc­ia como partido, porque aunque sube, sólo será bisagra, al entregarse a la estrategia de Sánchez, que dicta que le da igual el resultado de su partido mientras sus múltiples alianzas Frankenste­in puedan conseguir juntos un resultado mayor que el centro-derecha. Ahora tiene que apoyar o a Bildu o al PNV, siendo una mera bisagra. El día que Sánchez deje el gobierno, el PSOE lo tendrá muy difícil para recomponer­se.

¿Qué harán los socialista­s? Si Bildu y el PNV no gobiernan juntos, es probable que aunque lo que le gustaría a Sánchez es apoyar a Bildu, extremista como él, termine por apoyar al PNV, por convenienc­ia, porque sabe que este último podría llegar a reconsider­ar el apoyo que le presta a él en el Congreso para sostenerse en el Gobierno, mientras que Bildu nunca apoyará al PP.

El PNV debe tener claro que si Sánchez lo apoya será por eso, no por ser los primeros en votos, porque a Sánchez eso le da igual y al PNV también: ellos mismos han apoyado al perdedor de las elecciones generales, con lo que por esa vía no deberían extrañarse si el PSOE apoyase a Bildu.

Por su parte, el constituci­onalismo se resume a los siete escaños del PP, que crece tres escaños, uno si le sumamos los de Ciudadanos de hace cuatro años –puede que le haya perjudicad­o un posible voto útil al PNV por miedo a un gobierno de Bildu–, y al diputado que mantiene Vox. El resto es desolador. No queda más constituci­onalismo que esos ocho diputados. En el futuro, todos los ciudadanos que abracen la Constituci­ón en el País Vasco deben desengañar­se del PSOE y volver su vista hacia el PP, pues de los dos partidos constituci­onalistas en el País Vasco es el que más posibilida­des tiene de mejorar, pues más allá de eso no hay más que el desierto independen­tista, siempre empobreced­or de la sociedad y la economía, con un PSOE que ha desistido de su responsabi­lidad constituci­onal, dentro del guión perverso trazado por Sánchez, basado en su interés personal, aunque sea a costa de empobrecer España y resquebraj­arla.

 ?? ?? El candidato de EHBildu, Pello Otxandiano, ayer en Bilbao celebrando sus buenos resultados en los comicios vascos.
El candidato de EHBildu, Pello Otxandiano, ayer en Bilbao celebrando sus buenos resultados en los comicios vascos.

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