El plan de 5G rural está bajo presión
El Ministerio de Transformación Digital que dirige José Luis Escrivá afronta una situación difícil en el plan de ayudas públicas para extender la tecnología móvil de 5G a las zonas menos pobladas. El proyecto, conocido como Unico Redes Activas, que pretende llevar 5G de calidad –al menos 100 Mbps de velocidad– a todas las poblaciones con menos de 10.000 habitantes, se encuentra con la incertidumbre de si podrá desplegarse por completo debido a lo ajustado de los plazos. Cualquier despliegue debe estar ejecutado antes de finales de febrero de 2026 para no arriesgarse a perder el dinero que no se haya empleado aún. Aunque resta un año y diez meses, los expertos alertan de que ese plazo ya es muy poco tiempo, teniendo en cuenta que hay que desplegar 5G en alrededor de 10.000 torres por todo el territorio español, y muchas de esas torres tendrán que ser nuevas o dotarlas de acometida de fibra óptica para poder atender la alta velocidad que exige la nueva tecnología. Pero es que, además, se corre otro riesgo. El Ministerio no descarta la posibilidad de declarar desierto el concurso y convocarlo de nuevo. La razón es su desencuentro con Masorange. MásMóvil y Orange presentaron cada uno una oferta en octubre, cuando aún no estaban fusionadas. El Ministerio cree que en aquellas zonas donde se cuenta con dos ofertas de lo que ahora es la misma empresa –y que pretenden usar recursos comunes a la fusión, ya que el espectro que ofreció MásMóvil ya no está disponible– debería retirarse una para no afectar a la concurrencia competitiva. Pero no se ha alcanzado aún un acuerdo. Y esa decisión de anular y convocar de nuevo supondría que, en el mejor de los casos, la Administración estaría en condiciones de adjudicarlo en el mes de julio, restando así como mínimo otros tres meses al ya muy ajustado plazo. El proyecto es el plan estrella del Ministerio en telecos, por la importancia de los recursos destinados –544 millones– y por su impacto social y simbólico, llevando 5G a zonas apartadas.