Bares de altura para disfrutar de Manhattan este verano
Nueva York está repleto de opciones para disfrutar de una velada cerca de las estrellas gracias a sus famosos rooftop. Terrazas en las plantas nobles de los rascacielos para quienes quieran apreciar las mejores vistas de Manhattan con un cóctel de autor en la mano a partir de 30 euros cada copa, con un tique medio por persona que no baja de los 150 euros si se incluye algún aperitivo. Estas son algunas de las mejores para disfrutar este verano de la Gran Manzana por todo lo alto:
Abrió sus puertas justo después de la pandemia, así que todavía sigue siendo para muchos una de las grandes novedades entre las terrazas elevadas de Nueva York, con unas vistas increíbles desde el piso 18 del hotel Graduate, un establecimiento cuatro estrellas que se encuentra en la isla de Roosevelt, a la que se puede llegar en teleférico desde Manhattan disfrutando de una perspectiva única del skyline de la ciudad.
A punto de cumplir tres años, todavía sigue siendo difícil conseguir una reserva en Overstory dada su popularidad. Sitio predilecto de la jet set de Nueva York, se puede lograr una mesa si la visita se planifica con suficiente antelación. Además, cuenta con otro bar en la planta inferior, conocido como Crown Shy, en el que se puede esperar hasta que haya una cancelación de última hora.
Panorama Room
Overstory
El chef español José Andrés, toda una estrella en Estados Unidos, firma Nubeluz, una terraza instalada en la planta 50 del hotel Ritz-Carlton Nomad, con unas de las mejores vistas panorámicas de Manhattan. Se puede disfrutar de su amplia carta de cócteles, así como de aperitivos que van desde las ostras hasta el caviar.
Entre los locales más populares en lo alto de los rascacielos se encuentra este verano Electric Lemon, en la azotea del Hotel Equinox, en Hudson Yards, la nueva zona de oficinas y tiendas de lujos donde se concentran los nuevos locales de moda neoyorquinos. La terraza tiene una superficie de cerca de 800 metros cuadrados y la cocina está especializada en comida americana de temporada.
Este es lugar ideal para los amantes de los martinis, ya que tiene una extensa carta especializada en esta bebida. Tiene mesas tanto en el interior, que se agradece durante el día en el sofocante centro de Manhattan, como en el exterior para disfrutar de las cálidas noches neoyorquinas rodeados de lujo. Es la terraza perfecta para contemplar con detalle el Empire State mientras se disfruta de una copa o de una agradable cena.
Aquí se habla español. Se trata de una sofisticada terraza mexicana en la planta 28 del Hotel Gryson, muy cerca de Bryant Park. Gracias a su céntrica posición, desde sus mesas se puede disfrutar de vistas a los principales rascacielos de la ciudad hasta el río Hudson. Asientos de terciopelo y mesas de piedra dan forma a un local informal, pero de corte elegante, donde las estrellas son los cócteles mexicanos a base de tequila o mezcal.
Nubeluz
Electric Lemon
Daintree
El tique medio por personas en una de estas exclusivas terrazas ronda los 150 euros
La carta incluye cócteles de autor y pequeños platos a modo de aperitivo donde la bebida es protagonista
Bar Cima
Highlight Room
Situada en la planta 16 del Moxy Lower East City, esta terraza está diseñada como un punto intermedio entre los jardines del siglo XIX y el modernismo del siglo XXI. No faltan vistas a las principales atracciones turísticas de la ciudad, aunque la decoración de la terraza es la auténtica protagonista: un oasis lleno de vegetación, lámparas de araña de cristal o asientos de terciopelo rojo. Es uno de los lugares preferidos por celebrities e influencers que visitan Nueva York. La carta incluye cócteles e infusiones de autor.
DL
Sin duda, otro lugar de moda entre la beautiful people de Nueva York es DL, un bar de tres plantas con azotea en la parte de arriba con las mejores vistas al puente de Williamsburg y un techo retráctil por si llueve. Imprescindible pedir un Casa Paloma y ¡a disfrutar de Nueva York!
de 12.000 metros cuadrados –cuya producción surte el restaurante–. Se pueden pedir dos menús: el Corto, de 58 euros; y el Largo, por 70 euros.
● Tabarca. Tere está en la única isla habitada de la Comunidad Valenciana, ubicada justo frente a la ciudad de Alicante. Es un negocio familiar que tiene su especialidad en “arroces, paellas, mariscos y pescados”. Con vistas al mar y a pie de playa, se puede disfrutar de un Caldero, el llamado Arroz alicantino o pescados como la Gallineta a la espalda, para comer por entre 40 y 50 euros.
● Arosa. A Salga es un negocio que abrió en 1986 en un emplazamiento anterior que le da nombre. Se trata de una marisquería en esta isla de las Rías Bajas, donde se pueden comer productos locales y cocina tradicional gallega. De parrilladas de pescado o marisco a empanada, Calamar a la plancha o algunos arroces, por un precio medio de 35 a 45 euros.
● Madeira. Desarma es una dirección de alta cocina en dicha isla portuguesa. Situado dentro de The Views Baía, en Funchal, Desarma tiene una estrella Michelin desde febrero de 2024. Es el premio a la cocina basada en “productos tradicionales fusionados con una cocina moderna”, firmada por el chef Octávio Freitas.
● Capri. Franco Pepe es el mejor pizzaiolo del mundo. Dueño de la pizzería Pepe in Grani –en Caiazzo–, tiene un pop up estival en el hotel de lujo Jumeirah Capri Palace, donde ha bautizado su espacio temporal como a-Ma-Re Capri, junto a la Gruta Azul. No falta alguno de sus iconos como la Margherita Sbagliata. Además, Franco Pepe hace otro pop up en el 7 Pines Resort en Cerdeña, donde ha introducido un nuevo concepto de pizzería en el restaurante Spazio, con una selección de sus premiadas pizzas. Precio medio de 20 a 50 euros.
● Cerdeña. TerraDome es un agroturismo a 19 kilómetros de Cagliari donde se despacha una cocina basada en los vegetales cultivados en sus propias huertas y jardines. Con esa despensa, el restaurante situado dentro de TerraDome Agriturismo Resort asume un formato de sardinian cuisine bajo una óptica contemporánea, que permite disfrutar de esta mesa veraniega por un tícket medio de 45 a 55 euros. Además, para los clientes alojados, se sirve un desayuno italiano, de nuevo con productos locales.
● Córcega. La Bergerie D’Acciola está en esta montañosa isla mediterránea de Francia y ocupa un antiguo molino de aceite en el remoto Sartène, al sur de Córcega. “Comida con sabores 100% locales” entre las colinas y el mar, que se traduce en platos tradicionales, para comer por un precio de 40 a 50 euros.
● Mikonos. Fokos Taverna lleva el nombre de la playa donde se encuentra ubicado –por cierto, un lugar bastante remoto–. Fokos asume el formato de una taberna griega con oferta tradicional. Ingredientes de temporada y recetario local para disfrutar en las mesas de un espacio que parece un chiringuito y donde los dueños advierten que la comida “se prepara con el mismo mimo que han estado dedicando las familias de la isla de Mikonos en sus cocinas particulares durante generaciones”.
● Corfú. Klimataria es un pequeño negocio familiar en esta isla del Mar Jónico, frente a la costa noroeste de Grecia. Fundado por Nikos y Lilly Bellos en 1997, su especialidad son los platos tradicionales de pescado. Su oferta está preparada con productos locales, llegados del pueblo pesquero de Benitses. El precio medio es de 30-40 euros. Con once mesas entre su porche y su acogedor comedor interior, es conveniente reservar.
● Malta. Rubino es el espacio de Edward Diacono, que “crea auténticos platos malteses”, aseguran desde este espacio que sus hermanos Karl y Michael Diacono comenzaron a gestionar poco antes de la incorporación de este chef. Con un Bib Gourmand de Guía Michelin, funciona a la carta con precio medio de 50 a 60 euros. En realidad, representa la vida actual de un veterano negocio de la isla, ya que Rubino abrió sus puertas en 1906, como una pastelería siciliana en medio de La Valeta, como el proyecto de Vincenzo Rubino, un fabricante de dulces de Palermo. Desde 2008, funciona como el restaurante de los hermanos Diacono.