Los bufetes abanderan la transformación
El sector legal tiene en la tecnología digital un potenciador y acelerador de disciplinas. En opinión de Alfonso Everlet, socio de Diferencia Legal, eso es clave para el crecimiento de un despacho. A ello ayudan los ALSP (proveedores alternativos de servicios legales, por sus siglas en inglés), que realizan tareas muy demandadas como la revisión de documentos o la investigación jurídica, y que facilitan procesos al proporcionar tecnología y talento flexible. Pero aún hay más: “Para revolucionar el negocio, lo mejor es buscar una tecnología diferencial y exclusiva para la firma, preferiblemente basada en el propio know-how”, afirma Everlet. Y es que, según Eduardo Abad, de Garrigues, “algunas necesidades se resuelven con herramientas que están en el mercado, pero otras no existen y hay que desarrollarlas”. Por eso, esta firma ha invertido 55 millones en su digitalización durante los últimos cinco años y fue el primer despacho de España con un modelo propio de inteligencia artificial generativa: “Hemos construido un entorno tecnológico que permite lanzar servicios y productos legaltech relacionados con la confianza digital, el creciente proceso de digitalización de los contratos y el ecosistema en desarrollo alrededor de los activos digitales”. de Operaciones de la firma Acens Technologies, integrada en Telefónica Tech. De hecho, reconoce que han tenido una gran demanda de formación en Office 365 y en plataformas colaborativas como Teams o de almacenamiento como OneDrive.
A su vez, Danvila remarca que los despachos ya trabajan de una manera especial en el uso de herramientas basadas en inteligencia artificial, “que hay que saber utilizar y, sobre todo, entender cómo funcionan”. Esta tecnología, según cuenta Cobo, podría permitir a un abogado diseñar su estrategia procesal, hacer un perfilado de los jueces o un análisis de la jurisprudencia, y determinar las probabilidades de éxito a la hora de presentar un recurso. En este sentido, otras herramientas que Esic considera fundamentales son el software legal, el big data, el blockchain y la robótica.
En cualquier caso, tal como explica Abad, la revolución digital del sector jurídico se ha producido más por la estrategia de hacer partícipes a los abogados en todo el proceso que por las herramientas empleadas. Y ciertamente, la clave está en adoptar una adecuada estrategia digital capaz de obtener “efectos capitales y con incidencia en la cuenta de resultados”, tal como resalta Alfonso Everlet, socio de la consultora de márketing jurídico, comunicación legal y desarrollo de negocio Diferencia Legal. Afecta a “la captación de clientes, la atracción de talento, el trabajo de la reputación y la mejora de la rentabilidad. Y no sólo a través de inteligencia artificial, sino también de una mejor gestión del conocimiento, de procesos optimizados o de un CRM”, añade este experto.
“Es posible que lo único que no cambie durante los próximos años sea la esencia del negocio: ofrecer el mejor servicio a los clientes, con el mejor talento del mercado”, afirma Abad. Eso sí, se muestra convencido de que sí variará lo que hoy se entiende por mejor servicio y mejor talento.