IAG, Lufthansa y Turkish, en un pañuelo
El líder mundial del transporte aéreo por capitalización bursátil es la compañía irlandesa de bajo coste Ryanair, que solo opera en Europa y que al cambio actual capitaliza 29.300 millones de dólares, seguida de la estadounidense Delta Airlines, con 24.600 millones. La siguiente europea en el ránking mundial es Turkish Airlines, en el puesto 9, con una capitalización de 11.450 millones. Le siguen, relativamente cerca, Lufthansa, número 12 mundial con 10.000 millones, e IAG, número 13 mundial con 9.600 millones. Air France-KLM está muy lejos y ocupa el puesto 30 mundial y séptimo europeo con una capitalización de 3.450 millones de dólares.
Según los últimos datos sectoriales publicados por la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA, por sus siglas en inglés), a noviembre pasado el transporte aéreo estaba ya en el 99% de las cifras de 2019 en cuanto a volumen de pasajeros, con un nivel de ocupación del 81,8%. IATA representa aproximadamente a 320 aerolíneas que mueven el 83% del tráfico mundial de pasajeros, aunque sus estadísticas se refieren a todo el sector.
Las estimaciones publicadas en diciembre apuntan a que el sector mundial de líneas comerciales tuvo ingresos de 896.000 millones de dólares en 2023, con una subida del 21,7% sobre 2022 y del 6,9% sobre 2019. El beneficio operativo agregado se estima en 40.700 millones de dólares, multiplicando por 3,4 veces los 11.900 millones de 2022. Compara muy positivamente con las pérdidas de 44.200 millones en 2021 y 110.800 en 2020, y se acerca al beneficio de 43.200 millones de 2019. El margen operativo de 2023 se situaría en el 4,5%, todavía por debajo del 5,2% de 2019.
Las perspectivas para 2024 son muy positivas, con un aumento de ingresos del 7,6%, hasta 964.000 millones de dólares, y una subida del beneficio operativo del 21%, hasta 49.300 millones, situando al margen en el 5,1% y superando en un 14% el beneficio operativo de 2019. La rentabilidad sobre el capital invertido en 2024 subiría el 4,9%, 0,2 puntos superior al logrado en 2023.
Tras la debacle sufrida por la pandemia, el sector está razonablemente fuerte, con una estructura de costes fijos más liviana y con buenas perspectivas para 2024. La consolidación y mejora de fundamentales debiera tener un positivo efecto en las cotizaciones.