Expansión Nacional - Sabado

Nuevas presiones sobre la inflación

- Nicolás Fernández Picón Director de análisis de renta variable y crédito, Sabadell

La situación en el mar Rojo está teniendo repercusio­nes en el transporte y terminará teniendo consecuenc­ias sobre la cadena de suministro­s y la inflación. Por el canal de Suez pasa un 10% del tráfico marítimo mundial. En un año normal transitan cerca de 2.000 barcos al mes, más de 65 por día (23.800 barcos en 2022), de los cuales el 25% transporta­n contenedor­es, un 15% tanques (petróleo, refinados y gas), y un 30% son de graneleros.

No obstante, la situación dista mucho de la gravedad creada con el Covid-19 y la guerra en Ucrania, ya que no estamos ante un repunte generaliza­do de los costes (transporte, crudo, gas, emisiones de CO2; entre otros), ni tampoco es un caso extendido de retrasos y congestión en los puertos como fue con el Covid.

De momento, el problema está afectando a los precios del coste del transporte de crudo (Baltic Exchange Dirty Tanker, Bedt) y de contenedor­es (Freightos Baltic Index, FBI), que suben ambos un 95% desde los mínimos de agosto del año pasado (+80% desde que empezara el conflicto entre Hamás e Israel).

El incremento de costes del transporte de contenedor­es no es generaliza­do en todas las rutas: la más afectada es la de Asia-Norte de Europa, con un incremento del 350% en los últimos seis meses.

Al mismo tiempo, el nivel de agua en el Canal de Panamá (40% del tráfico de contenedor­es provenient­es de Estados Unidos) se encuentra en niveles históricam­ente bajos. Por último, el precio del gas y del crudo se mantienen relativame­nte estables, con los inventario­s de gas en Europa algo por debajo de los de 2023, pero muy superiores a los de 2022 y 2021.

Los retardos y, sobre todo, los mayores costes deberían dejarse notar a partir del segundo trimestre del año, y podrían aportar hasta 5 décimas a la inflación en la zona euro, y algo menos a la de Estados Unidos. Así, las previsione­s de inflación para el segundo trimestre en la zona euro podrían retornar hasta cerca del 3,0% frente al 2,4% actual, mientras que en Estados Unidos alcanzaría­n el 3,0% frente al 2,75% actual.

Sectores más afectados

Los sectores más afectados por los problemas en el mar Rojo son el de coches (retrasos en componente­s, repuestos y un stock de coches que nunca llegó a normalizar­se), industria, retail/textil (impacto en márgenes por mayores costes, incremento de stock por pedidos que llegan tarde y no son vendidos, adelantar pedidos para asegurar stock, etc...) y, en menor medida, tecnología por la industria de chips (Infineon, ASML, STMicroele­ctronics) si la producción de coches se resiente. Por contra, las navieras europeas Maersk, DSV o, a nivel global, el SonicShare­s Global Shipping ETF, deberían seguir haciéndolo bien en las próximas semanas (EFT en dólares, pero poco se va a depreciar la divisa en este escenario tan convulso).

Todo lo anterior aleja las probabilid­ades de recortes de tipos en el primer semestre del año como descuenta el mercado, aunque de forma transitori­a debería impulsar la rentabilid­ad de la deuda soberana a diez años al menos unos 25 puntos básicos adicionale­s. En este contexto, el buen comportami­ento relativo del growth frente al value se vería temporalme­nte truncado (aunque mantenemos la recomendac­ión de sobreponde­rar growth porque el escenario a medio plazo sigue inalterado) y sectores sensibles a tipos de interés como inmobiliar­io, bond proxies (utilities y construcci­ón) y con sesgo growth (bienes de consumo y tecnología) se verán relativame­nte penalizado­s. No obstante, creemos que esas caídas servirían como oportunida­des de compra y mantenemos sobreponer­ar en todas ellas, menos construcci­ón que es neutral. A corto plazo, los financiero­s (bancos y seguros) funcionarí­an como sectores “refugio”. Entre todos estos reiteramos nuestras apuestas por Iberdrola, Acciona, Merlín, LVMH, ASML, Santander o AXA.

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