Nuevas presiones sobre la inflación
La situación en el mar Rojo está teniendo repercusiones en el transporte y terminará teniendo consecuencias sobre la cadena de suministros y la inflación. Por el canal de Suez pasa un 10% del tráfico marítimo mundial. En un año normal transitan cerca de 2.000 barcos al mes, más de 65 por día (23.800 barcos en 2022), de los cuales el 25% transportan contenedores, un 15% tanques (petróleo, refinados y gas), y un 30% son de graneleros.
No obstante, la situación dista mucho de la gravedad creada con el Covid-19 y la guerra en Ucrania, ya que no estamos ante un repunte generalizado de los costes (transporte, crudo, gas, emisiones de CO2; entre otros), ni tampoco es un caso extendido de retrasos y congestión en los puertos como fue con el Covid.
De momento, el problema está afectando a los precios del coste del transporte de crudo (Baltic Exchange Dirty Tanker, Bedt) y de contenedores (Freightos Baltic Index, FBI), que suben ambos un 95% desde los mínimos de agosto del año pasado (+80% desde que empezara el conflicto entre Hamás e Israel).
El incremento de costes del transporte de contenedores no es generalizado en todas las rutas: la más afectada es la de Asia-Norte de Europa, con un incremento del 350% en los últimos seis meses.
Al mismo tiempo, el nivel de agua en el Canal de Panamá (40% del tráfico de contenedores provenientes de Estados Unidos) se encuentra en niveles históricamente bajos. Por último, el precio del gas y del crudo se mantienen relativamente estables, con los inventarios de gas en Europa algo por debajo de los de 2023, pero muy superiores a los de 2022 y 2021.
Los retardos y, sobre todo, los mayores costes deberían dejarse notar a partir del segundo trimestre del año, y podrían aportar hasta 5 décimas a la inflación en la zona euro, y algo menos a la de Estados Unidos. Así, las previsiones de inflación para el segundo trimestre en la zona euro podrían retornar hasta cerca del 3,0% frente al 2,4% actual, mientras que en Estados Unidos alcanzarían el 3,0% frente al 2,75% actual.
Sectores más afectados
Los sectores más afectados por los problemas en el mar Rojo son el de coches (retrasos en componentes, repuestos y un stock de coches que nunca llegó a normalizarse), industria, retail/textil (impacto en márgenes por mayores costes, incremento de stock por pedidos que llegan tarde y no son vendidos, adelantar pedidos para asegurar stock, etc...) y, en menor medida, tecnología por la industria de chips (Infineon, ASML, STMicroelectronics) si la producción de coches se resiente. Por contra, las navieras europeas Maersk, DSV o, a nivel global, el SonicShares Global Shipping ETF, deberían seguir haciéndolo bien en las próximas semanas (EFT en dólares, pero poco se va a depreciar la divisa en este escenario tan convulso).
Todo lo anterior aleja las probabilidades de recortes de tipos en el primer semestre del año como descuenta el mercado, aunque de forma transitoria debería impulsar la rentabilidad de la deuda soberana a diez años al menos unos 25 puntos básicos adicionales. En este contexto, el buen comportamiento relativo del growth frente al value se vería temporalmente truncado (aunque mantenemos la recomendación de sobreponderar growth porque el escenario a medio plazo sigue inalterado) y sectores sensibles a tipos de interés como inmobiliario, bond proxies (utilities y construcción) y con sesgo growth (bienes de consumo y tecnología) se verán relativamente penalizados. No obstante, creemos que esas caídas servirían como oportunidades de compra y mantenemos sobreponerar en todas ellas, menos construcción que es neutral. A corto plazo, los financieros (bancos y seguros) funcionarían como sectores “refugio”. Entre todos estos reiteramos nuestras apuestas por Iberdrola, Acciona, Merlín, LVMH, ASML, Santander o AXA.