El Gobierno vasco deja atrás el gas y vende Shesa y Bahías
CANON SOCIOAMBIENTAL PARA RENOVABLES/ La nueva ley de Transición Energética obliga al grupo público EVE a desinvertir en combustibles fósiles antes de 2030.
Nacionalistas y socialistas, socios en el Gobierno vasco, han acordado con EH Bildu la nueva ley de Transición Energética y Cambio Climático de Euskadi, uno de los grandes proyectos que esperan sacar adelante antes de la convocatoria de elecciones autonómicas, en primavera.
El pacto va a dar al Ente Vasco de la Energía (EVE), grupo público dependiente del Ejecutivo autonómico, un año de plazo para planificar la desinversión en todos los proyectos dedicados a la exploración, la extracción y la generación de energía a través de combustibles fósiles. Después, tendrá hasta 2030 para realizar las ventas.
En la práctica, explican medios políticos implicados en el acuerdo, la nueva ley va a suponer la venta de la compañía gasista Shesa, propiedad al 100% del EVE y que explota ahora el único pozo activo en España en Viura (La Rioja), junto a la estadounidense Heyco. También llevará al grupo público a desprenderse de su 50% en la regasificadora del Puerto de Bilbao BBG, en la que es socio de Enagás; y de del 25% que posee en la planta de ciclo combinado BBE. BP vendió hace un mes su 75% en esta central eléctrica –que usa gas como combustible– a la suiza Gunvor.
Previsiblemente, el Gobierno vasco desinvertirá asimismo en Enagas Transporte del Norte, en la que posee el 10% y que conecta la regasificadora BBG con Cantabria; en Zabalgarbi, la incineradora de basuras, en la que participa con el 10%; y en Itsas Gas, donde controla el 49%. Éste es el último proyecto gasista en el que se ha implicado el
EVE, junto a Remolcadores Ibaizabal y Naviera Murueta, y consiste en un buque suministrador de gas natural licuado a otros barcos.
Con el plazo de venta hasta 2030, el Gobierno confía en que el EVE pueda desinvertir sin prisas y a buen precio. Los medios citados calculan que la venta de estas participaciones reportará de 500 millones a 600 millones de euros. Estos recursos se quedarán en el EVE, y los destinará a impulsar proyectos renovables: parques eólicos, solares y otros; así como a activar planes contra la pobreza energética. “No queremos descapitalizar el EVE, sino reenfocar y redefinir su estrategia inversora”, explican fuentes políticas.
Actualmente, el grupo energético opera en eólica con Aixeindar (junto a Iberdrola); en solar, con Ekiola, Ekienea y Ekian; en biomasa, con Metabarri, y en hidrógeno, con Basque Hydrogen.
Pago de eólicas y solares Junto a la desinversión pública en empresas vinculadas con los combustibles fósiles, la futura regulación vasca fija un canon anual para las nuevas instalaciones renovables en Euskadi que generen más de 5 megavatios a partir de 2025, a fin de compensar su impacto social y medioambiental. Su cuantía dependerá de la superficie que ocupen en el caso de parques solares (700 euros por hectárea), y del número de aerogeneradores en parques eólicos (de 3.000 a 5.000 euros anuales por aerogenerador). Además, los impulsores de proyectos renovables deberán ofertar el 20% de la energía que produzcan a los municipios donde se ubiquen las plantas.
La nueva regulación dará de plazo hasta 2030 para que el EVE venda sus participaciones
Zabalgarbi, Enagás Transporte Norte, e Itsas Gas también se verán afectadas por la desinversión