La división Shahid de MBC controla el 20% del mercado del ‘streaming’ de Oriente Próximo
El grupo de medios de comunicación saudí MBC compite con Netflix por convertirse en el mayor servicio de streaming de Oriente Próximo, gracias a su catálogo de programas y películas en árabe y su oferta de programación gratuita con publicidad.
La empresa, que cotiza en Riad, es propiedad mayoritaria del Gobierno saudí y es la mayor plataforma de la región. A través de su división Shahid, controla el 22% del mercado del streaming de Oriente Próximo y el Norte de África, que asciende a 1.000 millones de dólares. Esto la sitúa un 4% por delante de su rival regional Starz Play Arabia y un 5% por delante de Netflix, según la empresa de análisis del sector Omdia.
En los últimos cuatro años, MBC ha invertido grandes cantidades de dinero en el negocio del streaming y ha depositado sus esperanzas de crecimiento en Shahid, que aún no es rentable, para satisfacer las necesidades de un creciente número de espectadores en los países del golfo Pérsico. Shahid registró unas pérdidas de 900 millones de riales saudíes (221 millones de euros) entre el año 2020 y el primer semestre de 2023.
Negocio al alza
“La televisión no es de donde vamos a obtener el crecimiento. Mantenemos la misma cuota de mercado. La gente se está pasando al streaming”, dice Sam Barnett, CEO de MBC, a Financial Times.
Según Shahid, la cadena cuenta ahora con 4,8 millones de suscriptores de pago en la región, mientras que 20 millones ven regularmente su servicio de streaming gratuito con publicidad. Barnett señala que MBC ha desafiado a los críticos que decían que “no hay manera de que pueda hacer frente aNetflix, Disney+ y HBO Max”.
El paso de la televisión al streaming ha supuesto un reto para las cadenas de todo el mundo. Pero la apuesta de MBC por el streaming se ve favorecida por la demografía: más del 55% de la población de Oriente Próximo y el Norte de África tiene menos de 30 años, frente al 36% de los países de la OCDE. Son expertos digitales y están ávidos de contenidos, y esperan los mismos altos valores de producción que ven en Netflix. Para responder a estas expectativas, Shahid financia a talentos locales y contrata a productores y directores extranjeros.
Este enfoque parece funcionar. Shahid perdió 6 millones de riales saudíes en el primer trimestre de este año, frente a 102 millones en el mismo periodo del año pasado. Los ingresos aumentaron un 72% interanual.
Karim Sarkis, especialista en medios de comunicación y entretenimiento de la consultora Strategy&, afirma que el servicio de streaming gratuito de Shahid y sus programas y películas en árabe le ayudan a hacer frente a Netflix: “Si sigue compitiendo de la misma manera, creo que el ganador a largo plazo será Shahid”.
Nació en Londres
Fundada en Londres en 1991 como el primer canal privado por satélite del mundo árabe, la Middle East Broadcasting Corporation es una compañía inusual en una industria de medios de comunicación del Golfo dominada por redes estatales y proyectos multimillonarios.
En noviembre de 2017, su fundador y presidente, Waleed bin Ibrahim Al Ibrahim, se vio envuelto en una campaña anticorrupción orquestada por el príncipe heredero Mohammed bin Salman, en la que cientos de miembros de las élites saudíes fueron detenidos y obligados a transferir efectivo y activos al Gobierno.
Tras el incidente, la propiedad de Ibrahim cayó del 100% al 40% de la empresa, mientras que una sociedad de inversión propiedad del Ministerio de Economía se hizo con el 60%. El año pasado vendió una parte de esa participación en una OPV y, desde su salida a Bolsa, la acción de MBC ha subido un 30%.
El Gobierno sigue poseyendo más de la mitad de las acciones de MBC, pero Ibrahim conserva la presidencia y participa en el negocio.
Según Barnett, es fundamental