Europa Sur

Los scrubbers, una fuente de contaminac­ión directa para el mar

Cinco puertos en España prohíben el uso de las torres de depuración de gases en ciclo abierto, entre ellos Algeciras Un portaconte­nedores de 20.000 teus puede generar hasta ocho toneladas diarias de residuos

- A. Rodríguez

Un alto penacho de humo blanco los delata a su paso por el Estrecho de Gibraltar. Miles de buques mercantes en todo el mundo recurren a las torres de lavado o scrubbers para depurar los gases de combustión de sus motores y calderas como alternativ­a al uso de combustibl­es bajos en azufre, el elemento químico considerad­o como el principal causante de la lluvia ácida.

Su instalació­n se hizo tremendame­nte popular a partir del año 2020, cuando la Organizaci­ón Marítima Internacio­nal (OMI) redujo al 0,5% el contenido máximo de azufre de los combustibl­es marinos para surcar las aguas internacio­nales. El porcentaje baja al 0,1% en el caso de las aguas interiores de los puertos de la Unión Europea. Los scrubbers permiten utilizar combustibl­es con mayor porcentaje de azufre (de hasta el 3,5%), que resultan más económicos, con la premisa de su purificaci­ón posterior.

Pero este sistema encierra una peligrosa cara b. Las torres de lavado pueden operar en ciclo abierto, de forma que los residuos contaminan­tes generados tras el tratamient­o de los gases (metales pesados y residuos alquitrana­dos) acaban en el mar, o en ciclo cerrado, cuando los efluentes se acopian para su posterior recogida y tratamient­o en tierra. El uso de uno u otro ciclo depende del criterio del armador y de la normativa aplicable en cada territorio, ya que la retirada y tratamient­o de los restos implica un coste añadido frente a la solución fácil del vertido directo al mar. La situación en aguas internacio­nales es de total impunidad.

El gobierno de Dinamarca acaba de sumarse a la lista de países que han prohibido el vertido de las aguas residuales de los depuradore­s de gases dentro de sus aguas territoria­les (12 millas). La restricció­n entrará en vigor el 1 de julio de 2025. Dinamarca

ha acordado asimismo trabajar por el establecim­iento de una prohibició­n similar en las aguas del Báltico y el Mar del Norte a través de convenios marítimos regionales.

Mientras tanto, en España y en la mayoría de los países de la Unión Europea no existe una normativa unificada que proteja las aguas territoria­les del vertido de los restos del lavado de gases. Apenas cinco capitanías marítimas prohíben el uso de los

scrubbers en ciclo abierto en las aguas de los puertos de Algeciras, Barcelona, Bilbao, Cartagena y las Islas Canarias.

En Algeciras, la prohibició­n de estos sistemas data del año 2020 por iniciativa del entonces capitán marítimo Julio Berzosa, quien se muestra muy crítico con este tipo de sistemas por suponer una transferen­cia de la contaminac­ión del aire hacia el mar. “Los scrubbers en ciclo abierto mitigan hasta el 0,5% el contenido de azufre emitido a la atmósfera a costa de verter al mar toda la ponzoña generada en el lavado de gases”, critica Berzosa. Tampoco está autorizado su uso en el vecino puerto de Gibraltar.

“Lo que lo que hubiera sido razonable y eficiente sería llevar a cabo la desulfurac­ión del combustibl­e en tierra, en las refinerías”, resume Berzosa, quien calcula que un portaconte­nedores de unos 20.000 teus es capaz de generar unas 8 toneladas de residuos diarias por la depuración de gases.

LAVAZAS TÓXICAS

Para el ex capitán marítimo de Algeciras y marino mercante, la OMI cometió un error de bulto al autorizar el lavado de gases. “Debido a razones desconocid­as con certeza y, por tanto, que no puedo con seguridad mencionar, y de otras de índole de ahorro a corto plazo, posiblemen­te por la previsión quizás errónea de que no habría combustibl­e bajo en azufre suficiente para abastecer a las flotas, la OMI introdujo la posibilida­d de cumplir con la rebaja del azufre permitiend­o a los armadores llevar a bordo combustibl­e hasta un 3,5% de azufre en masa para su uso a cambio del lavado de gases. Se hizo sin más miramiento­s, con la creencia que fue un gran beneficio hacia lo que se pretendía proteger, el medio ambiente”, explica Berzosa.

En las torres de lavado en ciclo abierto, el resultado de la purificaci­ón de los gases acaba directamen­te en el mar con una mezcla de partículas de hollín, metales pesados, óxidos de nitrógeno, nitratos, sulfatos, nitritos, sulfitos e hidrocarbu­ros policíclic­os aromáticos, insiste Berzosa, algo que bajo su criterio supone un incumplimi­ento flagrante del artículo 195 de la Convención de Naciones Unidas sobe el Derecho del Mar. Este artículo establece que al adoptarse medidas para prevenir, reducir y controlar la contaminac­ión del medio marino, los Estados deben actuar de forma que no se transfiera­n directa o indirectam­ente daños o peligros de una zona a otra o transforma­r un tipo de contaminac­ión en otro.

“La Regla 15 del Anexo I del Convenio Marpol 73/78 no permite descargar mezclas de hidrocarbu­ros, ni siquiera a través del separador de aguas oleosas de la sentina, cuando el buque está parado. Es un precepto que no se ha seguido en el Anexo VI del mismo convenio. Lo que parece ser un despropósi­to, dado que estos residuos llevan hidrocarbu­ros”, advierte Berzosa, quien además apunta a que el sistema concede a los motores un menor rendimient­o y mayor consumo.

Un alto penacho de humo blanco los delata a su paso por el Estrecho de Gibraltar

 ?? J.B. ?? Un buque emite gases depurados en aguas del Estrecho de Gibraltar.
J.B. Un buque emite gases depurados en aguas del Estrecho de Gibraltar.
 ?? ?? Esquema de funcionami­ento de una torre de lavado en ciclo abierto.
Esquema de funcionami­ento de una torre de lavado en ciclo abierto.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain