La Razón (Madrid) - Especiales
La Iglesia planta cara a los abusos
LaLa cuerda estaba tan tensa que ya no bastaba con entonar el «mea culpa». Hace casi 40 años que salió a la luz el primer caso de abusos sexuales en el seno de la Iglesia. Desde entonces, la cascada de denuncias ha sido imparable. Como la gota de agua que perfora la roca no por su fuerza sino por su constancia, la cantidad de acusaciones a clérigos pederastas ha socavado la confianza en una institución cuya única respuesta fue el silencio durante demasiado tiempo. Benedicto
XVI fue el primero en dar la voz de alarma al reconocer «una relevante pérdida de credibilidad moral». Ya no se podía mirar hacia otro lado. Era necesario reconocer a las víctimas, reparar su daño y, sobre todo, acabar con la cultura del encubrimiento. Cuando le sucedió Francisco, sabía que se jugaba mucho más que su papado. Era el devenir propio de la institución lo que estaba en entredicho. Bergoglio debía dar un golpe de efecto y, por primera vez en la historia de la Iglesia, convocó a los presidentes de todas las Conferencias Episcopales para abordar la protección a menores y escuchar los testimonios desgarradores de hombres y mujeres que habían sufrido en algún momento de su infancia y adolescencia los terribles abusos de religiosos ante la mirada impasible de sus superiores.
Así, del 21 al 24 de febrero, tuvo lugar esta cumbre inédita de la que se esperaban «medidas efectivas y concretas», según dijo el propio Francisco en la sesión inaugural. Después de tres jornadas de reflexión, se estableció una hoja de ruta para acabar con esta lacra. El Vaticano ordenó dar prioridad a las víctimas por encima de la institución, no encubrir ningún caso, mayor exigencia en la selección de candidatos al sacerdocio, así como reforzar las directrices de las diferentes Conferencias Episcopales. Algunas víctimas se sintieron defraudadas con la cumbre por falta de concreción en las medidas y afearon que fue tan solo un lavado de imagen.
21 - 02 - 19 arranca la cumbre vaticana sobre pederastia y protección de menores