La Razón (Madrid) - Especiales
España, clave en la Transición Energética de Europa
Este importante papel se debe no solamente a que puede convertirse en puerta de acceso del gas –energía decisiva en este proceso– hacia Europa, sino también hacia otras partes del mundo
«El gas va a desempeñar un papel clave en la transición hacia la neutralidad climática, acompañando a las energías renovables», señalaba la futura eurocomisaria de Energía, Kradi Simson, a principios de octubre en su intervención en el Parlamento Europeo. Una opinión que comparten varios expertos en la materia, quienes apuntan que el gas natural puede desempeñar un papel decisivo en la transición energética para lograr un sistema bajo en emisiones de carbono a través de iniciativas como la cogeneración en industrias y en el sector residencial, como fuente de energía que sirva de respaldo de las energías renovables, así como su uso en el transporte terrestre y marítimo.
Más allá del modelo energético al que nos encaminamos, basado en las energías renovables, el gas se ha erigido como uno de los pilares fundamentales en la Transición Energética gracias a su papel en la descarbonización de la economía. Así, con una situación geopolítica cada vez más compleja, la llegada del gas y los acuerdos en el medio y largo plazo para los países son fundamentales para asegurar dicha etapa.
En la actualidad, los gasoductos rusos siguen siendo el principal suministrador de gas a Europa, con un 40% del total de las importaciones en el cuarto trimestre de 2018, seguida de Noruega (32%), el gas natural licuado (18%) y los abastecimientos por gasoductos desde el norte de África (10%), según la Comisión Europea, que además calcula que «el coste aproximado de las importaciones de gas de la UE en 2018 fue de 90.000 millones de euros, 15.000 millones más que el año anterior».
«España tiene un alto grado de diversificación en las fuen
tes de aprovisionamiento, tanto a través de los gasoductos como de los metaneros. Actualmente, 14 países suministran gas a España, contando con barcos de Rusia, República Dominicana y Camerún», dice la Asociación Española del Gas (Sedigas) en su informe anual de 2018. El papel de España es crucial para cruzar el puente hacia una economía limpia en emisiones.
La realidad es que nuestro país puede cumplir este papel de puerta de acceso y equilibrio energético europeo a la perfección. España dispone de una importante infraestructura gasista, así como de una gran diversificación de fuentes de abastecimiento de gas natural, dos factores que garantizan la seguridad del suministro energético en la actualidad.
Así, en un futuro (como se prevé) con una gran cantidad de GNL en el mercado, España no puede convertirse sólo en puerta de acceso del gas hacia Europa, sino también hacia otras partes del mundo ya que a su excelente situación geográfica y conocimiento del gas, se une una gran infraestructura (cuenta con un total de 25 tanques de almacenamiento y capacidad para recibir buques metaneros de hasta 270.000 m3).
Además, España es también un líder mundial en el conocimiento y uso de la tecnología del gas natural licuado (GNL), lo que la puede llevar a exportar los productos y servicios con el consiguiente impacto positivo en el PIB y el empleo.
LA ANTESALA DE ARGELIA
En la actualidad, y según datos de Sedigas, Argelia sigue siendo uno de los principales aprovisionadores del sistema gasista español. Cerca de un 48% del gas consumido en nuestro país el año pasado tuvo origen en ese territorio. Recibe gran parte de este gas a través los gasoductos que conectan la Península Ibérica con el continente africano. Las relaciones a medio y largo plazo con las naciones vecinas son, por tanto, importantes para mantener la seguridad de suministro.
En el caso de España, una de las principales vías de suministro es el Medgaz, responsable del diseño, construcción y operación del gasoducto de aguas profundas que va desde Argelia al Viejo Continente a través de España y es considerada una de las infraestructuras estratégicas en el suministro de gas natural a la Península Ibérica.
El pasado mes de octubre Naturgy y la argelina Sonatrach llegaron a un acuerdo con Mubadala para la adquisición del 42,09% de su participación en Medgaz. Tras el cierre de la operación, Medgaz pasará a ser propiedad exclusiva de Sonatrach (con una participación del 51%) y Naturgy (con el 49% restante) con un acuerdo de accionistas que le otorga el control conjunto del gasoducto. Esta actuación resulta importante, pues refuerza, sin duda alguna, la seguridad del suministro de gas en España en el futuro.
Precisamente, esa garantía es uno de los tres principios que inspiran la política energética de la Unión Europea y debe entenderse como un bien esencial, dado que un corte del abastecimiento puede impactar de forma grave en la economía de un país.