“Apostamos por el ahorro, la eficiencia y el confort energético”
Tras consolidarse como líder nacional en servicios energéticos, Remica afronta ahora la mayor revolución del mercado de las energías, ayudando a sus clientes a reducir la dependencia de los combustibles fósiles y haciendo que sus instalaciones sean más eficientes y sostenibles.
Trabaja desde los 13 años, pero José Porras huye del cliché del hombre hecho a sí mismo porque en sus tiempos, dice, “era normal trabajar para pagarte los estudios”. Así es como se matriculó en las clases nocturnas para licenciarse como Ingeniero Industrial en la Escuela Técnica Superior de Embajadores, en Madrid, a la vez que trabajaba en EJA, compañía enfocada al segmento de las instalaciones térmicas.
Lo que ya no es tan normal es que un joven de 25 años se desligue de la empresa para la que trabaja y monte su propio proyecto desde cero y llevarlo, en apenas 39 años de trayectoria, al liderazgo nacional en su sector: el mundo de la eficiencia energética y la climatización. Eso representa hoy Remica, empresa de servicios energéticos cuya plantilla supera los 725 empleados, factura más de 100 millones de euros al año y cuenta con más de 6.600 clientes.
No siempre fue así. Los comienzos fueron duros. Pero se dice que la dificultad obra milagros y José Porras, hoy presidente del grupo, ha sabido crear las ocasiones, habilidad de la que va a tener que seguir echando mano ante los tiempos convulsos que se aproximan en materia energética. EMPRENDEDORES. ¿Qué es Remica?
JOSÉ PORRAS. Remica es una empresa que se dedica al mundo de la climatización, en concreto aire acondicionado, calefacción e instalaciones de agua caliente sanitaria. Ahora estamos haciendo también proyectos relacionados con la domótica y las energías renovables, es decir con la eficiencia energética. En resumen, todo muy vinculado con el mundo de la eficiencia energética y la climatización.
EMP. A usted le ha tocado ser testigo y artífice de todas las transiciones energéticas.
J.P. Sí. Hemos pasado por varios procesos. Remica nació como una solución más orientada al mantenimiento que a las instalaciones. Lo hicimos a raíz de la aprobación del primer Reglamento de Instalaciones de Calefacción, Climatización y Agua Caliente Sanitaria con el que se pretendía racionalizar el consumo energético. Aquí fue donde vimos la oportunidad.
En esa primera etapa pasamos del carbón al gasóleo y, una vez que hacíamos el cambio, nos quedábamos ya con el mantenimiento del edificio. Ahí crecimos mucho. A finales de la década de los 80, realizamos nuestra primera instalación de gas y empezamos a hacernos fuertes en el mercado poniendo en marcha todo el proceso de gasificación del parque de calderas de Madrid.
EMP. Y se alzaron con el liderazgo...
J.P. Sí. Nos convertimos en líderes claros en ese proceso. En 1994-1995 ya éramos la empresa que más mantenimiento de calderas de gas natural hacía en Madrid. Actualmente tenemos casi un 30% de cuota de mercado nacional, es decir, uno de cada 3 ó 4 edificios los lleva Remica.
EMP. ¿ Y qué viene ahora?
J.P. Pues, aunque suene un poco hortera, ahora viene lo de “el quemar se va a acabar”. La etapa de la gasificación llega a su fin. En la actualidad estamos más centrados en el tema de las energías renovables, la aerotermia, las envolventes de fachada, el autoconsumo, etc. Y en todo lo que tiene que ver con el cambio climático y la eficiencia energética,
una transición que llega alentada por los fondos de recuperación Next Generation EU. De todas las revoluciones que nos ha tocado vivir, esta es la más radical.
EMP. ¿Está preparada Remica para la nueva era?
J.P. En Remica empezamos a tener esta percepción hace aproximadamente tres años. En 2019, nuestro departamento de I+D+i comenzó a explorar otras formas de producir calor y agua caliente sanitaria a nuestros clientes sin quemar combustibles y creo que hemos hecho un buen trabajo. Ya hemos puesto en marcha numerosas instalaciones con paneles solares y sistemas de aerotermia y los resultados están siendo extraordinarios. Conseguimos reducir las emisiones de CO2 en más de un 90% en los edificios en los que hemos hecho este tipo de instalaciones. Pero no solo generamos ahorros de emisiones, sino también económicos para los usuarios, que ven cómo el precio de sus facturas energéticas se reducen un 40% de media.
EMP. ¿Qué porcentaje de la facturación destinan al I+D+i? J.P. En este momento algo menos del 1%, que es lo que destinábamos antes, pero no porque haya decrecido el esfuerzo en I+D+i sino porque ha crecido la empresa. A esto hay que sumar el esfuerzo en formación, a lo que dedicamos alrededor del 3,5% de la jornada laboral. No se trata solo de investigar, luego hay que llevar todo este conocimiento al personal y eso no es tan fácil. La metamorfosis es brutal, pero en Remica supimos reaccionar a tiempo. En 1998 Remica comienza a desarrollar su actividad como Empresa de Servicios Energéticos (ESE) incrementando su apuesta por la eficiencia energética y ofreciendo a sus clientes la gestión integral de sus instalaciones.
EMP. ¿Qué significa eso?
J.P. Se trata de que los profesionales optimicen el rendimiento de todas esas instalaciones híbridas, más modernas. Ahora hay que ir más en línea con un mantenimiento preventivo o correctivo. No se trata solo de vigilar que la instalación funcione bien, que eso podemos hacerlo todos los que nos dedicamos a esto. El reto está en optimizar los rendimientos, es decir que el cliente obtenga muchos más ahorros energéticos de lo que cuesta el propio servicio. Y ahí es donde nosotros marcamos la diferencia.
EMP. ¿Le favorece a Remica tanto cambio de rumbo?
J.P. Digamos que los vientos de cambio nos vienen bien, pero nos llegan dados. Como todos los mercados, el energético también se rige por las leyes de la oferta y la demanda. Pero Remica no decide si lo razonable ahora es quemar gasóleo o gas o no quemar nada. Estas cosas se deciden en otros foros. Nosotros nos limitamos a informar a los clientes sin perder de vista el principal objetivo de Remica que es y ha sido siempre proporcionar el mejor servicio al menor coste posible.
EMP. ¿Esa es la clave del éxito de Remica?
J.P. Esa es la principal. Sentimos un profundo respeto por el cliente, al que siempre hemos puesto en el centro. Ya sé que todos dicen lo mismo, pero en nuestro caso es cierto. El cliente está por delante de las plusvalías y la cuenta de resultados.
EMP. ¿Qué previsión de crecimiento tienen?
J.P. La previsión para 2023 es, aproximadamente, de un 20%, respecto a 2022, año que cerramos con una facturación superior a los 100 millones de euros. Si nada falla y los fondos Next Generation siguen impulsando la transición hacia la eficiencia energética y la descarbonización, creemos que va a haber un movimiento muy fuerte hasta 2030. Seguimos quemando cosas para calentarnos en un porcentaje altísimo, pero la tendencia es ir reduciendo ese porcentaje con sistemas más renovables que rebajen las emisiones de CO2. Estos procesos de cambio no se hacen en un año ni en dos, por eso pensamos que el crecimiento de Remica puede ser sostenido durante los próximos ejercicios. EMP. Dos cosas de las que se sienta más orgulloso.
J.P. Primera: que nuestros clientes, mayoritariamente, reconozcan lo que hacemos. Eso lo vemos porque cada vez tenemos más clientes. Segunda: el equipo humano que hemos formado en la compañía del que estoy muy satisfecho.
“APOSTAMOS POR OTRAS FORMAS DE PRODUCIR CALOR Y ACS APOYADOS EN LA I+D+I”