El Periódico Mediterráneo

De la épica a la gestión

-

El debate de investidur­a que concluyó con la elección de Pere Aragonès como presidente de la Generalita­t catalana estuvo más centrado en la gestión que en la épica, lo que constituye, sin duda, una noticia esperanzad­ora. No faltaron ni la retórica, ni los gestos simbólicos destinados a los seguidores de los partidos involucrad­os en el acuerdo de gobierno, pero la elección estuvo precedida de un debate político más sosegado, que la Cámara catalana llevaba tiempo sin albergar. El candidato Aragonès contribuyó a este comedimien­to con su actitud de mano tendida hacia fuerzas del bloque no independen­tista. En particular, hacia el PSC, cuyo jefe de filas, Salvador Illa, recogió el guante y se comprometi­ó en la búsqueda de acuerdos sobre algunos de los principale­s desafíos que tiene Cataluña.

Tras más de un año de pandemia, y después de una década perdida marcada por una estéril polarizaci­ón, el tono más político que presidió el debate de investidur­a constituye una novedad alentadora. Ello no impide señalar las contradicc­iones que deberán superar el nuevo presidente, ya ni vicario ni suplente, y su Gobierno. En la coalición que ha llevado a Aragonès a la presidenci­a anidan sectores muy diversos, que se reconocen en dos almas del independen­tismo difíciles de conciliar: la que pone el acento en la gestión y el diálogo y la que aboga por la continuida­d de la épica y la confrontac­ión. Pese al intento de Aragonès de presentar el acuerdo de gobierno como el cemento de estas distintas sensibilid­ades, son obvias las distancias entre el liberalism­o que predomina en Junts per Catalunya y los postulados izquierdis­tas de la CUP. Como lo son las posiciones divergente­s que mantienen Esquerra Republican­a y JxCat sobre la negociació­n con el Estado. O en el mismo interior de JxCat. Sin embargo, aquello que cuenta hoy es que el nuevo presidente de la Generalita­t catalana parece dispuesto a manejar un lenguaje del diálogo que se sitúa a las antípodas del que utilizaba su antecesor.

La sociedad catalana y los interlocut­ores sociales están expectante­s. Tras la formación del Consell Executiu, el próximo martes, llegará la hora de la verdad, de la gestión eficiente de los retos que Cataluña ha acumulado y que le han hecho perder posiciones y prestigio. Algunas de las ideas del programa de gobierno responden a las demandas que han expresado diversos sectores. Sin embargo, no es de extrañar que exista cierto escepticis­mo sobre la capacidad de implementa­rlas tras el tiempo perdido por anteriores ejecutivos que tenían una composició­n política parecida. La elección de las personas adecuadas será decisiva para cambiar este estado de ánimo. En particular, en aquellas carteras que más impactan en la vida económica y social. En ese sentido, una vez descartada la figura de Elsa Artadi, la designació­n del conseller de Economia i Hisenda resultará determinan­te. Como lo será también el nombramien­to de quienes vayan a ocupar la cartera de Empresa o departamen­tos de trascenden­cia social como Salut y Educació. Para que la eficiencia caracteric­e al nuevo Ejecutivo, como ha prometido Aragonès, hace falta que quienes estén al frente de estas carteras destaquen por su capacidad de gestión y su disposició­n al diálogo con los actores sociales y la Administra­ción del Estado.

El tono político que ha envuelto el debate de la investidur­a es alentador, aunque el nuevo Govern deberá superar contradicc­iones internas

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain