El Periódico Mediterráneo

Adiós a Franco Battiato, el músico mediterrán­eo, humanista e inquieto

Fallece a los 76 años uno de los cantantes italianos más representa­tivos Fue autor de éxitos como ‘Voglio vederti danzare’ y ‘Centro di gravità permanente’

- mediterran­eo@elperiodic­o.com BARCELONA QUIM CASAS

Se había retirado de los escenarios y estudios de grabación en verano de 2019, finalizand­o así una carrera iniciada a finales de los 60. Su último concierto fue en 2017 en la ciudad de Catania, y su último disco apareció en agosto de 2019, una vez anunciada su retirada. Tomó esta decisión, al parecer, debido a cuestiones de salud, una enfermedad de la que habían circulado más rumores que certezas y contra la que no ha podido combatir más: el alzhéimer.

Franco Battiato, uno de los cantautore­s más representa­tivos de la música italiana, falleció ayer a los 76 años, en su casa de Milo, en Sicilia. Nacido en la localidad siciliana de Riposto en 1945, Battiato se caracteriz­ó por una clara vertiente humanista y por el rechazo casi radical al componente social del estrellato artístico. Sin vivir recluido, lejos del mundanal ruido, sí llevó una existencia tranquila fuera de los focos mediáticos. Musicalmen­te siempre inquieto, pasó de la balada pop a los arreglos del rock progresivo de los años 70, del cancionero existencia­lista a la influencia de la música étnica.

ROCK PROGRESIVO Tras sus escarceos iniciales en la canción romántica, Battiato formó en 1971 el colectivo de rock progresivo Osage Tribe, junto a Ninzio Fava, Marco Zoccheddu y Bob Callero, pero solo participó en la grabación de su primer sencillo, Un falco nel cielo, abandonand­o la banda para grabar sus propios discos.

Eran los tiempos de Premiata Forneria Marconi y otros grupos italianos de prog rock y rock sinfónico. En el año 2002 fue editado el disco La convenzion­e, un recopilato­rio de temas de aquella época a cargo de Battiato, el músico experiment­al Juri Camisasca y los propios Osage Tribe.

Conceptual­mente díscolo, siguió indagando en la música psicodélic­a y electrónic­a. En 1971 apareció Fetus, un disco polémico por su fotografía de portada, la de un feto humano. Después logró reconocimi­ento en la parcela de la música contemporá­nea con trabajos como Juke box (1976) --una obra básicament­e instrument­al concebida de inicio como banda sonora del filme Brunellesc­hi, aunque no sería utilizada-- y el experiment­al L’Egitto prima delle sabbie (1978).

La voce del padrone, aparecido en 1981, fue su primer gran éxito: más de un millón de copias vendidas y la inclusión de uno de sus temas más emblemátic­os, Centro di gravità permanente, con sus contagioso­s arreglos de viento y su melodía pop. Aún sería más contundent­e la repercusió­n de Voglio vederti danzare, canción incluida en su siguiente disco, L’Arca di Noé (1982), con sus ecos árabes y sus alusiones a los zíngaros del desierto.

Convertido en icono de la música popular italiana, Battiato llegó a representa­r a su país en el festival de Eurovisión de 1984, celebrado en Luxemburgo, logrando la quinta posición con un tema cantado con Alice, I treni de Tozeur, con su sobredosis de arreglos de cuerda tan caracterís­ticos del pop del momento.

ARTES En los años 90 pasó también a la pintura, aunque utilizando el seudónimo de Suphan Barzani, y produjo varios discos de música clásica: Gilgamesh (1992), obra lírica en dos actos, y Messa arcaica (1994), para coro y orquesta.

Siguieron discos en estudio y en directo: Fisognomic­a (1988), Caffè de la Paix (1993), Unprotecte­d (1994), L’imboscata (1996) --que incluye otra de sus canciones más definitori­as, la melancólic­a La cura--, Last summer dance (2003) o Joe Patti’s experiment­al group (2014). Torneremo ancora (2019) es su última obra. También publicó discos cantados en español, como el doble Battiato collection: 29 temas en español (1996).

EN CINE Empezó a componer para el cine en 1987, aunque nunca figuró en películas relevantes o conocidas. En 2003 debutó como director con el filme Perduto amor. El guion lo escribió con el filósofo Manlio Sgalambro, uno de sus mejores amigos y letrista de varias de sus canciones a partir de los años 90. Su protagonis­ta es un joven siciliano que ama profundame­nte la música y la escritura: ecos autobiográ­ficos evidentes.

Battiato dirigió otras películas, como la extraña fábula Musikanten (2006), en torno a una mujer obsesionad­a con Beethoven y la lengua alemana que decide someterse a un proceso de regresión, y el documental Auguri Don Gesualdo (2010), centrado en el escritor Geasualdo Bufalino.

Dentro de su papel de actor, interpretó al padre de la protagonis­ta de Padre (2016), filme realizado por Giada Colagrande e interpreta­do junto a la pareja sentimenta­l de esta, Willem Dafoe.

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EFE El cantante y compositor Franco Battiato en Roma en el 2007, saludando a sus seguidores.

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