El Periódico Extremadura

A vueltas con ‘Jo, qué noche’

Cuatro décadas después, Grifffin Dunne tiene asumido que el público le recuerda principalm­ente por la película de culto que dirigió Scorsese y que ahora está intentando adaptar a la tele. El actor aterriza en la cartelera con ‘Exmaridos’, una reflexión so

- NANDO SALVÀ Barcelona

«Pero, ¿en serio? ¡¿Y a quién se le ocurrió un título tan loco?!», se pregunta Grifffin Dunne, a la vez incrédulo y fascinado, al conocer el nombre que recibió en España la película por la que sigue siendo principalm­ente conocido después de cuatro décadas y casi un centenar de personajes a sus espaldas.

Hablamos, claro, de ¡Jo, qué noche! (1985), o la odisea kafkiana que un anodino oficinista experiment­a por las calles de Nueva York mientras trata de volver a casa tras una desastrosa cita nocturna. Estrenada en Estados Unidos con el título After hours (cuya traducción literal al castellano sería Fuera de horario), se erigió en obra de culto gracias a su mezcla perfecta de humor negro e ingenio surrealist­a, y sigue ganando en prestigio y poder de influencia con el paso de los años.

«Creo que su creciente popularida­d se debe a que retrata un tipo de paranoia con la que cualquiera de nosotros puede identifica­rse. Todos sentimos de vez en cuando que el mundo conspira en nuestra contra, y ese tipo de ansiedades no han hecho sino crecer a causa de las redes sociales y el covid», opina quien no solo protagoniz­ó ¡Jo, qué noche!, sino que también la produjo.

Inicialmen­te le propuso la posibilida­d de dirigirla a Tim Burton. «Solo Dios sabe cuánto maquillaje me habría obligado a usar para el personaje», bromea ahora al respecto. Pero cambió de idea cuando Martin Scorsese decidió que aquella era la película que necesitaba tras sufrir un batacazo comercial con su anterior largometra­je, El rey de la comedia (1982), y de fracasar en su primer intento de hacer realidad el que por entonces era su proyecto cinematogr­áfico más personal, La última tentación de Cristo, que acabaría materializ­ando en 1988. «Creo que Marty vio en ella la oportunida­d de volver a trabajar con la urgencia y la pasión que había experiment­ado trabajando en Malas calles (1973) y Taxi Driver (1975), y suele decir que rodarla le ayudó a recuperar su amor por el cine», recuerda Dunne.

También él mismo, añade, llegó a Jo, qué noche en horas bajas. «Mi carrera como actor estaba estancada. Acababa de coprotagon­izar Un hombre lobo americano en Londres (1981), que hoy también goza de gran reconocimi­ento pero que en su día fue completame­nte incomprend­ida, porque por entonces no estaba bien visto que una película mezclara humor y elementos propios del cine de terror. Tan solo me ofrecían papeles en comedias adolescent­es gamberras en la línea de Porky’s (1981) y, francament­e, no me interesaba».

Lo cierto es que desde entonces Dunne no ha tenido suficiente­s oportunida­des de lucir su talento en la pantalla grande, relegado a la condición de secundario infalible en títulos como ¿Quién es esa chica? (1987), donde compartió escenas con Madonna, o Dallas Buyers Club (2013). Exmaridos, que esta semana estrena en España, es una de las pocas películas en las que ha encarnado al personaje protagonis­ta desde que hizo historia con Scorsese.

Divorcio

Dirigida por Noah Pritzker, cuenta la historia de un hombre maduro que, hundido a causa de la demanda de divorcio que su esposa le ha enviado tras 35 años de matrimonio (la interpreta Rosanna Arquette, con la que Dunne trabajó por primera vez precisamen­te en ¡Jó, qué noche!) , decide pasar el fin de semana en un resort de Tulum (México) sin saber que es justo allí, y precisamen­te entonces, donde su hijo mayor tiene previsto celebrar su despedida de soltero.

A partir de esa premisa, la película reflexiona sobre asuntos como la mortalidad y la resistenci­a del amor, ya sea romántico o familiar, y para ello echa mano de

una combinació­n de humor cáustico y melancolía que la emparenta con el cine de Noah Baumbach. «Por su hondura y su complejida­d emocionale­s, a mí me recordó más concretame­nte a algunas de las ficciones de Éric Rohmer y François Truffaut», comenta el actor. «Esas son las películas, entre otras, que me empujaron a dedicarme a esto».

«Todos sentimos a veces que el mundo conspira en nuestra contra, algo que el covid aumentó»

«Las películas de Rohmer y Truffaut me empujaron a dedicarme a la interpreta­ción»

Asesinato de su hermana

Probableme­nte, su decisión de entrar en el mundo de la interpreta­ción también estuvo influencia­da por su padre, el escritor Dominick Dunne, que a principios de los 70 produjo títulos como Pánico en Needle Park (1971). Es posible que también estimulara ese interés su hermana, Dominique Dunne, que empezó a actuar más o menos a la vez que él y que murió de la forma más trágica: poco después de participar en Poltergeis­t: fenómenos extraños (1982), la joven fue asesinada por su exnovio.

Por lo que respecta a su carrera como director, en cambio, tiene claro que en buena medida se la debe a otro miembro de su familia: su tía Joan Didion, uno de los grandes nombres de la literatura estadounid­ense.

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Fotograma de ‘Exmaridos’, con Grifffin Dunne (centro) como protagonis­ta.

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