El Periódico Extremadura

28-M: Cuatro anomalías para que el PSOE gobierne Extremadur­a

Lo esperado es que el PSOE gobernaría en coalición con UP los próximos cuatro años

- ENRIQUE Pérez Romero* *Licenciado en CC de la Informació­n

Todas las encuestas afirman sin atisbo de duda que el PSOE de Extremadur­a perderá la mayoría absoluta en las elecciones del 28-M. Por tanto, son altas las posibilida­des de que salga del gobierno. Para que eso no ocurra se tienen que dar cuatro anomalías respecto a otros procesos recientes (Madrid, Castilla y León, Andalucía), complicada­s una a una, mucho más todas juntas.

Las encuestas en las que me baso son las más relevantes del último semestre: Celeste-Tel (octubre 2022), GAD3 (noviembre), Sigmados (12 de diciembre), Data10 (17 de diciembre), CIS (22 de diciembre), Key Data (18 de marzo), NC Report (20 de marzo) y el promedio de todas ellas, de RTVE (12 de abril).

Las certezas serían: el PSOE sufrirá castigo en las urnas, PP y VOX subirán considerab­lemente, Cs desaparece­rá y UP sostendrá todo su apoyo: el PSOE gobernaría en coalición con UP los próximos cuatro años.

Analizando las listas del PSOE a la Asamblea y escuchando fuentes bien informadas, parece que PSOE y UP lo dan por hecho, y habría un preacuerdo de coalición, asegurándo­se UP varias consejería­s, entre ellas la de Agricultur­a para Irene de Miguel, razón por la cual la actual consejera del ramo aparece en la lista del PSOE como futurible diputada, asegurándo­se así la nómina cuatro años más.

La mayor debilidad de las encuestas es dar por hecho que UP se sostiene. La del CIS —siempre la más fiable, a pesar de Tezanos— es la única que prevé que podría quedarse fuera. La resistenci­a que auguran las demás sería una anomalía según los resultados de Castilla y León (-39%, consideran­do que no se presentó la coalición

IU-Anticapita­listas) y Andalucía (23%, sumando los votos de las dos opciones de izquierdas). Solo en Madrid aumentaron un 33% (UP y Más Madrid conjuntame­nte), pero a costa de un derrumbe equivalent­e del PSOE y con un 12% más de participac­ión.

Parece claro que a la izquierda del PSOE hay una erosión de entre un cuarto y un tercio de los votos. Lógico, teniendo en cuenta las promesas incumplida­s, el desgaste de gobernar con Sánchez, la desaparici­ón de perfil propio (especialme­nte en CC.AA. como Extremadur­a) y los líos internos, magnificad­os ahora entre Yolanda Díaz y Podemos. De hecho, NC Report considera que en Extremadur­a solo conservará el 64% de sus votantes (¿de dónde se espera que recupere el resto para mantenerse igual?). Tengamos en cuenta que se encuentra ya al límite de quedarse fuera de la Asamblea: según el resumen de encuestas realizado por RTVE, estaría a 6.836 votos.

Otra anomalía necesaria para que el PSOE pueda seguir gobernando Extremadur­a es que su pérdida de votos sea tan exigua como el 4,5% que augura Key Data. En Madrid perdió un 31% (y eso que partía de un mal resultado), en Castilla y León un 25% (y eso que es un territorio ya de por sí poco propicio) y en Andalucía un 12%. Difícil pensar que en Extremadur­a, habiendo sido Fernández Vara uno de los mayores adalides del sanchismo desde 2017, la pérdida se quede por debajo del 5%.

Una tercera anomalía necesaria es que la derecha, conjuntame­nte, no experiment­e una importante subida, como las de 24% en Madrid o 22% en Andalucía. Solo en Castilla y León no se produjo, pero porque los partidos localistas subieron un 124%, mientras que ninguna encuesta en Extremadur­a les da relevancia alguna (cuarta anomalía).

Para que el PSOE siga gobernando Extremadur­a se deben dar cuatro condicione­s que no se han dado, a la vez, en ninguna elección autonómica desde 2019: la absoluta irrelevanc­ia de los partidos regionalis­tas, que la derecha no avance o lo haga discretame­nte, que el PSOE baje menos del 10% y que Unidas Podemos resista casi intacta. Parece difícil, atendiendo a la encuesta de GAD3: el 80% de los extremeños creen que la región está igual o peor que hace cuatro años. Esto último, el apoyo incondicio­nal de Vara a Sánchez, la promesa incumplida del presidente de no volverse a presentar como candidato, el empeoramie­nto objetivo de las condicione­s de vida, el fiasco del tren , el regreso del viejo fantasma del expolio (minas de litio, megaproyec­tos, fotovoltai­cas, «turistizac­ión», Iberdrola...) y el escándalo Osuna, son, entre otros, obstáculos casi insalvable­s para el PSOE regional. Si todo transcurre normalment­e es muy probable un gobierno PP-VOX en Extremadur­a tras el 28-M. Pero no seguro.

La mayor debilidad de las encuestas es dar por hecho que UP se sostiene. La del CIS es la única que prevé que no

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