28-M: Cuatro anomalías para que el PSOE gobierne Extremadura
Lo esperado es que el PSOE gobernaría en coalición con UP los próximos cuatro años
Todas las encuestas afirman sin atisbo de duda que el PSOE de Extremadura perderá la mayoría absoluta en las elecciones del 28-M. Por tanto, son altas las posibilidades de que salga del gobierno. Para que eso no ocurra se tienen que dar cuatro anomalías respecto a otros procesos recientes (Madrid, Castilla y León, Andalucía), complicadas una a una, mucho más todas juntas.
Las encuestas en las que me baso son las más relevantes del último semestre: Celeste-Tel (octubre 2022), GAD3 (noviembre), Sigmados (12 de diciembre), Data10 (17 de diciembre), CIS (22 de diciembre), Key Data (18 de marzo), NC Report (20 de marzo) y el promedio de todas ellas, de RTVE (12 de abril).
Las certezas serían: el PSOE sufrirá castigo en las urnas, PP y VOX subirán considerablemente, Cs desaparecerá y UP sostendrá todo su apoyo: el PSOE gobernaría en coalición con UP los próximos cuatro años.
Analizando las listas del PSOE a la Asamblea y escuchando fuentes bien informadas, parece que PSOE y UP lo dan por hecho, y habría un preacuerdo de coalición, asegurándose UP varias consejerías, entre ellas la de Agricultura para Irene de Miguel, razón por la cual la actual consejera del ramo aparece en la lista del PSOE como futurible diputada, asegurándose así la nómina cuatro años más.
La mayor debilidad de las encuestas es dar por hecho que UP se sostiene. La del CIS —siempre la más fiable, a pesar de Tezanos— es la única que prevé que podría quedarse fuera. La resistencia que auguran las demás sería una anomalía según los resultados de Castilla y León (-39%, considerando que no se presentó la coalición
IU-Anticapitalistas) y Andalucía (23%, sumando los votos de las dos opciones de izquierdas). Solo en Madrid aumentaron un 33% (UP y Más Madrid conjuntamente), pero a costa de un derrumbe equivalente del PSOE y con un 12% más de participación.
Parece claro que a la izquierda del PSOE hay una erosión de entre un cuarto y un tercio de los votos. Lógico, teniendo en cuenta las promesas incumplidas, el desgaste de gobernar con Sánchez, la desaparición de perfil propio (especialmente en CC.AA. como Extremadura) y los líos internos, magnificados ahora entre Yolanda Díaz y Podemos. De hecho, NC Report considera que en Extremadura solo conservará el 64% de sus votantes (¿de dónde se espera que recupere el resto para mantenerse igual?). Tengamos en cuenta que se encuentra ya al límite de quedarse fuera de la Asamblea: según el resumen de encuestas realizado por RTVE, estaría a 6.836 votos.
Otra anomalía necesaria para que el PSOE pueda seguir gobernando Extremadura es que su pérdida de votos sea tan exigua como el 4,5% que augura Key Data. En Madrid perdió un 31% (y eso que partía de un mal resultado), en Castilla y León un 25% (y eso que es un territorio ya de por sí poco propicio) y en Andalucía un 12%. Difícil pensar que en Extremadura, habiendo sido Fernández Vara uno de los mayores adalides del sanchismo desde 2017, la pérdida se quede por debajo del 5%.
Una tercera anomalía necesaria es que la derecha, conjuntamente, no experimente una importante subida, como las de 24% en Madrid o 22% en Andalucía. Solo en Castilla y León no se produjo, pero porque los partidos localistas subieron un 124%, mientras que ninguna encuesta en Extremadura les da relevancia alguna (cuarta anomalía).
Para que el PSOE siga gobernando Extremadura se deben dar cuatro condiciones que no se han dado, a la vez, en ninguna elección autonómica desde 2019: la absoluta irrelevancia de los partidos regionalistas, que la derecha no avance o lo haga discretamente, que el PSOE baje menos del 10% y que Unidas Podemos resista casi intacta. Parece difícil, atendiendo a la encuesta de GAD3: el 80% de los extremeños creen que la región está igual o peor que hace cuatro años. Esto último, el apoyo incondicional de Vara a Sánchez, la promesa incumplida del presidente de no volverse a presentar como candidato, el empeoramiento objetivo de las condiciones de vida, el fiasco del tren , el regreso del viejo fantasma del expolio (minas de litio, megaproyectos, fotovoltaicas, «turistización», Iberdrola...) y el escándalo Osuna, son, entre otros, obstáculos casi insalvables para el PSOE regional. Si todo transcurre normalmente es muy probable un gobierno PP-VOX en Extremadura tras el 28-M. Pero no seguro.
La mayor debilidad de las encuestas es dar por hecho que UP se sostiene. La del CIS es la única que prevé que no