El Periódico Extremadura

Colas y nervios en la vuelta de AstraZenec­a

Más de 600 cacereños, de 63 a 64 años, acuden a recibir su primer dosis al Universita­rio

- ROCÍO SÁNCHEZ RODRÍGUEZ region@extremadur­a.elperiodic­o.com

«Mi hijo ya la tenía puesta, así que no sentía tanto miedo por la vacuna en sí sino por la aguja, que siempre me ha dado repelús, pero ya ha pasado lo peor. Me han dicho que me espere aquí un rato antes de irme por si hay alguna reacción», dice Julia de la Luz Salado, 63 años, ama de casa, de Arroyo de la Luz. Lleva una mascarilla quirúrgica y encima otra artesana de color rojo con lunares blancos. «Es que tiene muy mala publicidad, pero bueno, ya da igual una que otra», apunta Luisa Torreño Parro, también de 63 y vecina igualmente de Arroyo. «Yo estaba tomando unos vinitos cuando sonó el teléfono para avisarme de la cita. La verdad es que he venido muy tranquilo, me han dicho que si me da alguna reacción, me tome un paracetamo­l cada seis horas», asegura Antonio Blanco Canales, 64 años, de Navas del Madroño.

Los tres se expresan justo después de recibir el pinchazo en el brazo. Deben esperar sentados (y respetando distancias) entre 10 y 15 minutos por si sintieran algún malestar. Aguardan en un salón de actos donde los sanitarios organizan con gran agilidad a los cientos de usuarios que están citados para su primera dosis.

Dudas, recelo, resignació­n... Ese salón del Hospital Universita­rio de Cáceres fue uno de los puntos de vacunación donde ayer se retomó el plan de inmunidad con AstraZenec­a. Más de 600 extremeños había sido avisados el día anterior para acudir a la cita. Una larga cola en la calle evidenciab­a que, aunque con nervios, dudas, cierto recelo y también resignació­n, los usuarios habían respondido a la llamada para recibir una vacuna

Remedios Mariño

63 AÑOS

«Lo primero que pregunté, que si era la AstraZenec­a, y dije que no estaba segura»

Juani Leal Terrón

63 AÑOS

«La gente dice que esta vacuna es peor, no sé, vengo con un poco de nervios»

sobre la que ha girado la polémica.

Se retiró una semana para estudiar sus efectos adversos por una posible relación con puntuales episodios de trombosis. No se ha podido demostrar esa conexión, de manera que, por consenso científico, se han recuperado las dosis de AstraZenec­a y además ya no solamente para trabajador­es de colectivos esenciales menores de 55 años, el límite se amplía a la población general hasta los 65 tras nuevos estudios que avalan la eficacia en esa franja de edad.

Extremadur­a va a dar prioridad a las personas de 63 y 64, de hecho, eran quienes formaban ayer la cola en el Universita­rio.

«A ver qué pasa...»

«Yo la verdad es que no esperaba que me llamaran tan pronto, fue una sorpresa. La gente dice que esta vacuna es peor, no sé, vengo con un poco de nervios, a ver qué pasa... Cada cual cuenta la feria según le va. Yo vivo con mi madre y la verdad es que quiero estar tranquila, ella tiene casi 90 años, le pusieron la de Pfizer y no tuvo ninguna reacción», cuenta mientras espera turno Juani Leal Terrón, 63 años, de Arroyo de la Luz (había muchos vecinos de esta localidad en la cola).

Con ella se vino en el coche hasta el hospital de Cáceres otra vecina de la misma edad, Engracia Tobías Nevado, quien expresa: «Lo que no entiendo es cómo habiendo un ambulatori­o allí (en su localidad) donde también se ponen vacunas, nos hacen venir hasta aquí». «Yo no estoy a favor ni en contra, hay que ponérsela y no queda otra, porque si no lo haces, después, por ejemplo, no te dejan viajar». Engracia nació en Malpartida de Cáceres, pero se marchó «justo después de hacer la comunión» a Cataluña. Hace 18 años que volvió a Extremadur­a. Fue un viaje de ida y vuelta. Se alegra de estar en su tierra, pero no puede evitar las comparacio­nes: «Es que hay una diferencia notable».

Ya «pasado el trance», otra usuaria que acudió a la cita, Isidora Díaz Román, 63 años, ama de casa, de Aldea del Cano, manifiesta: «A ver si ahora no hay reacciones, pero de momento todo bien. Nos han dado un papel para saber cuándo tenemos que volver a la segunda dosis». Será dentro de tres meses. Con ella iba su cuñada María Remedios Mariño Carrasco, de la misma edad, cocinera del colegio de su pueblo: «No suelo responder a los números que no conozco, pero como empezaba por 927 pues contesté... Lo primero que pregunté, que si era la AstraZenec­a, y dije que no estaba segura, pero he venido a ponérmela porque habrá que ponerle remedio a esto», expresa. Antes de salir de casa se había tomado un paracetamo­l.

Julia de la Luz Salado

63 AÑOS

«Mi hijo ya la tenía puesta, así que no sentía tanto miedo por la vacuna en sí sino por la aguja»

Luisa Torreño Parro

63 AÑOS

«Es que tiene muy mala publicidad, pero bueno, ya da igual una que otra»

Isidora Díaz Román

63 AÑOS

«A ver si ahora no hay reacciones... Nos han dado un papel para la segunda dosis»

Engracia Tobías

63 AÑOS

«Hay que ponérsela y no queda otra, si no, después no te dejan viajar»

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SILVIA SÁNCHEZ Colas para vacunación, ayer, en el Hospital Universita­rio de Cáceres.
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Colas para la vacunación con AstraZenec­a en el Universita­rio de Cáceres.
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FOTOS: SILVIA SÁNCHEZ FERNÁNDEZ Vacunación en el salón de actos del Hospital Universita­rio de Cáceres.
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