La Fiscalía cree que Santiago Cámara mató a su mujer en defensa propia
El caso tuvo lugar en 2017 en Arroyo de la Luz
En un año ella sacó de la cuenta familiar casi 104.000 euros pero no supo justificarlo
El Ministerio Público cree que Santiago Cámara mató a su mujer, Sofía Tato, en defensa propia. En su escrito de acusación pide que sea condenado por un delito de homicidio, por el que solicita una pena de tres años de prisión (le aplica la eximente de legítima defensa y la agravante de parentesco). No es, por tanto, un caso de violencia de género, a pesar de que se ha instruido así al tratarse de una víctima mujer que murió a manos de su marido. El suceso ocurrió en Arroyo de la Luz en 2017.
En el informe del fiscal se hace referencia a la desaparición del dinero de las cuentas familiares. En concreto, de una de ellas, la fallecida sacó casi 104.000 euros en solo un año. Ella era, destaca la Fiscalía, quien se encargaba normalmente de las gestiones bancarias.
Según indica el escrito de acusación el matrimonio tenía un depósito a plazo fijo de 96.000 euros que se transfirió a la cuenta común. De esta es de la que Sofía Tato sacó el dinero y lo ingresó en cuentas de Ghana, según cree el Ministerio Público.
El acusado ignoraba la situación económica en la que se encontraban hasta que el propietario del restaurante en el que celebraron la comunión de una de sus hijas le informó en agosto de que aún no habían pagado la factura del evento, que se había celebrado en abril. Cámara le dijo a su mujer que le hiciera una transferencia y esta sacó 1.200 euros de la cuenta de sus padres, en la que figuraba como autorizada, para hacer frente al pago.
Después, según el fiscal, ofreció distintas versiones de lo que había ocurrido con el dinero. Primero le contó que había abierto una cuenta a nombre de ella y de sus hijas, después que se lo había gastado en el bingo online. La última justificación fue que el dinero estaba guardado en una caja de seguridad, que nunca apareció.
Él acudió a la entidad bancaria para que le informaran de su situación económica y contó a sus suegros lo ocurrido. Estos, al enterarse de que su hija había sacado dinero de su cuenta sin su consentimiento, le retiraron la autorización para realizar cualquier movimiento.
FUERON A MADRID / Días antes del crimen la pareja viajó a Madrid en busca de la caja de seguridad en la que supuestamente guardaba el dinero. Ella intercambió ese día varios correos electrónicos con la persona que debía entregársela. Como nunca apareció, el día de los hechos ambos se habían citado en la entidad bancaria para preguntar por el destino de la misma, pero de madrugada ella recibió un correo de la persona que se la iba a proporcionar informándole de que finalmente no iba a ser posible.
Media hora después la fallecida cogió el teléfono de su marido y se envió a sí misma un mensaje pidiendo perdón. Así, en torno a las siete de la madrugada, «guiada por el ánimo de acabar con la vida de Santiago», se puso un guante en la mano, cogió un cuchillo de los que se usan para deshuesar matanzas y le asestó varias puñaladas mientras dormía.
Se despertó sobresaltado pero se levantó y se inició un forcejeo entre ambos consiguiendo el acusado arrebatarle el arma y, «guiado por el ánimo de defenderse», se lo clavó en el pecho. Le llegó al pulmón causándole la muerte.
Como consecuencia del forcejeo Santiago Cámara presentaba hasta diez heridas cortantes en distintas partes del cuerpo que le llevaron a estar ingresado varios días en el hospital. El relato de los hechos del fiscal contrasta con el de la familia de la fallecida, que cree que Cámara mató a su mujer a conciencia, por lo que solicita doce años y medio de prisión por un delito de homicidio y otro año por otro delito de lesiones (así lo creen tanto los padres como sus hijas). Por su parte su defensa pedirá su libre absolución. Será juzgado por un tribunal del jurado.