El nuevo ‘confidente’ policial
Internet se erige en una «ayuda muy útil» en casos policiales hasta ahora imposibles de resolver. El sicario fugitivo Jonathan Montoya se entregó días atrás a la policía
Solo en el mundo digital, una audiencia potencial de nueve millones de personas tenía la pasada semana el retrato de Jonathan Montoya Rendón, el sicario colombiano condenado por colaborar en el asesinato en Madrid de Leónidas Vargas, narco dirigente del cártel de Caquetá, y escapado tras quebrantar su condena a 24 años de cárcel. La búsqueda de este preso fugado llevaba tiempo sin solución ni avances. El sicario se escondía tras la apariencia de una vida discreta en la periferia de Madrid, ganándose el pan como albañil en una obra.
Pero que la Policía Nacional difundiera por todos los rincones la pasada semana su lista de los 10 más buscados había acabado con su anonimato, multiplicando la presión enormemente a su alrededor. «Ha sido muy útil», asegura la fuente policial. El anuncio sobre su búsqueda tenía cuatro millones de visualizaciones en redes sociales. Le estaban reconociendo los otros trabajadores de la obra; le miraban mucho los vecinos de su barriada. Cuando vio pasar un coche de la Policía Municipal de Madrid decidió entregarse.
Millones de ojos
La entrega de Jonathan Montoya ha confirmado a la Policía Nacional la utilidad de requerir la colaboración ciudadana en redes sociales para casos de difícil solución. Esta vez no ha sido un chivatazo anónimo el que ha propiciado la resolución de la fuga, pero sí la presión que crece cuando la cara de un objetivo policial está al alcance de millones de ojos. De hecho, de la eficacia de las campañas de «Los más buscados», que en su
tras aparecer en la lista de los delincuentes más buscados de España, después de que esta iniciativa acabara con su anonimato y multiplicara la presión sobre él.
día reestrenó el FBI norteamericano y que se generaliza en Europa, tiene constancia la Policía Nacional desde que, el año pasado, cayeron detenidos seis de los diez publicitados en la lista. «A veces no pasa nada cuando publicas. En otras ocasiones, quizá la gente no llama, pero el buscado se da por aludido, se pone nervioso, se mueve... comete algún error», relatan las mencionadas fuentes.
Este es el tercer año de edición de un cartel de buscados de la Policía en redes sociales y medios de comunicación, y las fuentes consultadas esperan más detenciones en una lista «fría» en la que hay gente peligrosa: tres pederastas que planificaron minuciosamente su huida, cuatro narcos con contactos en tres continentes, dos asesinos… menos uno, que se ha entregado.
La Policía Nacional es la fuerza de seguridad del Estado con más audiencia en redes sociales. Sus community managers, reiteradamente premiados, cuentan nueve millones de seguidores en X, Facebook, Instagram y TikTok, y con una creciente cuenta de Whatsapp que, fundada el 3 de noviembre de 2023, este jueves tenía ya 498.468 seguidores.
Tras las pistas de un crimen
Hace seis años ya se vio venir el fenómeno cuando la Policía Nacional abrió un buzón electrónico de denuncias anónimas contra narcos. Desde entonces, la Policía ha encontrado en las redes sociales «una forma exitosa de reunir a todos los vecinos en la plaza del pueblo y darles aviso», explica un ejecutivo de Interior. Se recurre e este pregón virtual para pedir colaboración también para casos que están ya cerca de prescribir.
Pero estas técnicas no solo han funcionado difundiendo caras. También el público de redes sociales reacciona cuando se le da una pista de un crimen real, un objeto, una imagen, un indicio ante el que los agentes no consiguen avanzar más y piden colaboración.
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