Hay que seguir teniendo cuidado

A mí, que pensaba que nunca tendría la mala suerte de infectarme con el coronavirus, me ha llegado la hora, como a casi todo el mundo. Aunque no me ha afectado demasiado, he vivido de cerca con una persona a la que sí, y no se lo desearía a nadie. Esos momentos son lo peor de lo peor. Por mucho que la gente hable, se explique en los medios de comunicación y te puedas hacer una idea, no llegas a imaginarte cómo lo pasa un enfermo de covid con fuertes síntomas. Con un poco de suerte, si estás vacunado no te afecta tanto como antes, pero eso no quita que siga siendo un virus malísimo.

mi familia todavía no nos habíamos infectado, o no habíamos tenido síntomas, y pensábamos que no nos llegaría el momento. Pero cuando menos te lo esperas, ocurre. Después de ver cómo lo han pasado mi madre y mi abuela, cómo les ha afectado en todas y cada una de las partes de su cuerpo, en el estado de ánimo, en su salud física y mental en general, con neumonía... puedo decir que realmente es un problema grave, por lo que deberíamos tomar las medidas necesarias para que se contagiase lo menos posible.

Me parece genial que algunas personas sean asintomáticas o se encuentren perfectamente para ir a trabajar: si trabajan solas, adelante. Lo que no se puede permitir es que vayan a su lugar de trabajo, en contacto con muchas personas distintas a lo largo del día, como si nada pasara. Porque no pasa nada hasta que pasa.

Las autoridades deberían regular este desbarajuste, pues ahora te dan la baja, antes no, ahora vamos sin mascarilla, antes no... muchas incongruencias que se deberían aclarar. ■