«Hay empresas que ya están estudiando reestructuraciones»
El secretario general de UGT de Catalunya esquiva los discursos catastrofistas, aunque tampoco niega que ya hay compañías que piensan en eres. Llama a evitarlo y denuncia que algunas de estas pondrán en la calle a trabajadores no para seguir siendo viables, sino para mantener sus beneficios.
No solo hay que frenarlos, hay que bajarlos.
— ¿Qué pasará con el empleo en lo que queda de año? Los datos de julio han sido malos.
— Con la reforma laboral estamos más preparados, porque hasta ahora lo primero que hacían las empresas cuando las veían mal dadas era despedir a los temporales. Y ahora eso lo tienen más limitado. No haré un discurso tremendista, pero tampoco me interesa negar la crisis económica. Tengo constancia de que algunas empresas ya están estudiando reestructuraciones. Que no hagan como en la anterior crisis económica y aprovechen para plantear eres que no son fruto de la crisis, sino para tener más beneficios.
— ¿No serán suficientes los ertes en esta ocasión?
— Hemos de conseguir que lo sean. Y la Administración tiene que presionar a las empresas en ese sentido, pese a sus limitadas competencias. Estamos ante un proceso inflacionista, que pese a que se está alargando más de lo previsto, es coyuntural.
— ¿Por qué en esta crisis sí lo conseguirán si no lo hicieron en la anterior?
— Es una crisis diferente y tenemos la experiencia del covid, donde han demostrado ser un instrumento bueno para los trabajadores y para las empresas.
— ¿Cree que ERC se arrepiente de no haber votado a favor de la reforma laboral?
— Eso lo tienen que decir ellos. Lo que está claro es que está funcionando. Aunque con los convenios de multiservicios que tienen que pasar a las condiciones del sectorial tendremos problemas. Esto tiene que aplicar desde el 1 de enero y hay empresas que ya han dicho que no piensan adaptar salarios y que entienden que la ley les da más tiempo para hacerlo. Y ahí tendremos que ir a los tribunales.
— ¿La reindustrialización de Nissan acabará bien para sus extrabajadores?
— De momento no ha ido bien. Ha quedado en evidencia que los gobiernos de este país no tienen una política industrial planificada. Nissan no cierra de un día para el otro, ya iba mandando señales desde 2008. Los políticos se han dedicado más a pasear el cartel de «se vende nave» que a pensar realmente qué proyecto industrial querían. También han entonado discursos irresponsables, junto a algún líder patronal, de que iban a recolocar a todo el mundo, tanto empleos directos como indirectos. Y eso no está claro.
— ¿Cómo podría haberse gestionado mejor?
— Necesitamos que, por ley, toda empresa industrial que se marche tenga que presentar un plan de recolocaciones viable antes de irse. Las compañías tienen que saber que marcharse es libre, pero no gratis. Hay muy pocos casos de industrias que hayan cerrado y las haya sustituido otra industria. Y otro problema que tenemos es que no hay fondos de inversión industrial catalanes. Los empresarios catalanes se han vendido sus empresas a fondos del extranjero y eso es un problema. Porque Nissan cuando cierra una fábrica la cierra antes en Barcelona que en Japón.
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