La junta de Bartomeu pidió los mensajes difamatorios
Carlos Ibáñez, de I3 Ventures, testificó ayer que los tuits contra los opositores fueron un encargo del equipo del expresidente del Barça.
El administrador del grupo empresarial al que el FC Barcelona encargó el control de las redes sociales, Carlos Ibáñez, confirmó ayer ante la jueza que investiga el Barçagate que fue la junta de Josep Maria Bartomeu quien le encomendó activar los perfiles en internet para lanzar mensajes contra opositores al entonces presidente, según las fuentes jurídicas consultadas por EL PERIÓDICO.
El imputado y gestor del conglomerado Nicestream, donde figura I3Ventures, precisó que este era un servicio extra a los contratos porque le suponía poco trabajo y que no lo cobró, aunque aclaró que, a su entender, no eran tuits difamatorios porque entraban en el marco de su cometido que era «proteger a la institución». A pesar de que no nombró a futbolistas, entre los tuits bajo sospecha hay algunos dirigidos a algunos de ellos. El asesor del presidente Jaume Masferrer recibía los informes.
El empresario declaró a través de videoconferencia desde Uruguay, donde reside. Su interrogatorio duró unas dos horas y media. Ibáñez explicó que el Barça, mediante Òscar Grau, que era consejero delegado del club, le contrató para supervisar las redes sociales. Es decir, para controlar los mensajes en internet que hablaban de la entidad azulgrana. En un principio fue por una temporada, aunque después se prolongó durante otras dos, rebajando un 10% el precio. Al final, el Barça se comprometió a pagarle un millón por temporada. En la última y tras estallar el escándalo, se rescindió el contrato y sus empresas dejaron de percibir unos 200.000 euros. Esta cantidad, aseguró, la reclamará cuando acabe el proceso.
Seguir con ellos
El administrador del grupo Nicestream desveló que cuando el Barcelona rescindió unilateralmente el contrato, el mismo club le pidió que siguiera trabajando con ellos. Y lo hizo durante un mes más, recordó. Según su versión, el estado de alarma por la pandemia fue la causa por la que dejó de colaborar con el Barça. El margen de beneficio que obtenía era del 15%.
Ibáñez defendió la labor de sus empresas y concretó que había trabajado para petroleras y bancos. Su plantilla, alegó, está compuesta por unas 40 personas. Asimismo, calificó de «error» que los Mossos d’Esquadra situaran una de sus sociedades en Uruguay en una caravana abandonada, pues la compañía a la que se refería la policía está en un edificio. El abogado del empresario, Pau Molins, aportó una fotografía de esta sede.
Al negar que los mensajes que difundía sus trabajadores en las redes fueran difamatorios puso dos ejemplos. El primero: «Si atacan a Valverde, yo digo que Guardiola no gana campeonatos. Eso no es difamar, esto es verdad».
El imputado subrayó que desembolsó más de 300.000 euros a Telam Partners, de Jaume Malets, como comisión para que esta firma consultora le abriera las puertas del mercado español. En total, relató Ibáñez, firmó cinco contratos con el Barça desde sus empresas para realizar servicios diferentes. Su interlocutor era Masferrer.
Bartomeu solo estuvo en una primera reunión, en octubre del 2017. Eran contratos de consultoría y asesoramiento, concretó, a la vez que negó que hubiera utilizado bots (perfiles robotizados) y que, en cambio, sí detectó una «campaña generalizada» de decenas de cuentas que apoyaban al actual presidente, Joan Laporta, al excandidato Victor Font y al productor Jaume Roures. Respecto a los mensajes sobre el directivo de Mediapro, Ibáñez sostuvo que lo único que se hizo fue repicar contenidos publicados en los medios.
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