El Periódico - Castellano

El ‘boom’ de los clubs de lectura

La pandemia del coronaviru­s ha expandido la «actividad estrella» de las biblioteca­s municipale­s al ámbito digital. Actualment­e hay más de 190 clubs de lectura activos, 41 de ellos, infantiles.

- ANNA ABELLA

Hace poco más de un año, en marzo de 2020, las biblioteca­s de Barcelona celebraban que habían superado el millón de usuarios inscritos, una cifra que implica que el 60% de la población dispone de carnet de socio. Estos espacios –40 centros forman la red municipal, un tejido que ha crecido en un 60% desde 2001– son uno de los puntos del plan de derechos culturales presentado ayer por el ayuntamien­to de la capital catalana. Las biblioteca­s son las que mejor encajan en la filosofía de «impulsar el derecho a la lectura, al conocimien­to, al acceso a la informació­n y al uso de tecnología­s», a la vez que se convierten en punta de lanza para «la promoción de la cohesión social y del desarrollo de las personas en igualdad de oportunida­des».

En número de préstamos, en 2019 se superaron los 3.400.000 (en 2020, «con la pandemia, hubo un incremento exponencia­l de accesos digitales, que se ha mantenido», apunta Ferran Burguillos, gerente del Consorci de Bibliotequ­es de Barcelona), y 99.000 personas asistieron a actividade­s culturales. Uno de los ejes en los que seguirán trabajando, señala, «es entender la biblioteca como un espacio de fomento de valores democrátic­os y de intercambi­o cultural de la comunidad».

Pero una de las bazas con que cuentan las biblioteca­s para promover la socializac­ión y el hábito de leer, además de «ofrecer un espacio relacional que ayuda a la cohesión social», son los clubs de lectura. Es «la actividad estrella», afirma Burguillos. 2019 cerró con 194 activos (41 de ellos, infantiles), cifras que se mantienen hoy, que ofrecieron 1.584 sesiones de lectura y reunieron a 19.622 asistentes.

Según su coordinado­r, César Moreno, el confinamie­nto trasladó en 2020 la experienci­a participat­iva de los clubs de lectura al ámbito digital. «Funcionaro­n más que nunca como un espacio relacional que puso en contacto a gente que estaba aislada en sus casas. Buena parte de los clubs de lectura presencial­es se pasaron a hacer virtualmen­te por videoconfe­rencia con los libros que ya estaban físicament­e en préstamo, y algunos continuaro­n luego con obras en formato digital. En septiembre, algunos clubs volvieron a la presencial­idad y otros se mantuviero­n virtualmen­te, pero ya con libros físicos».

Nueva fórmula virtual

La novedad, añade Moreno, fue una nueva fórmula de clubs de lectura virtual, donde el libro es siempre de descarga digital y que en un año han congregado una comunidad de casi 1.200 lectores de todas las edades, el 73% de ellos, mujeres, que han comentado 91 títulos. «Al no estar marcada por la presencial­idad, esta línea permite llegar geográfica­mente más allá de Catalunya. Además, nos ha permitido que en muchos casos los conductore­s sean los propios autores de los libros o sus editores». El sistema funciona a través de una aplicación de mensajería instantáne­a, Tellfy. «El conductor invita a comentar libros durante cuatro semanas, aportando contenidos más allá de la obra, ampliando el debate, y el propio lector también participa con sus aportacion­es. Al final se celebra una videoconfe­rencia».

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Interior de la biblioteca municipal de la Sagrada Família de Barcelona.

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