Muere Dustin Diamond, otro niño rebelde de Hollywood
Tras su éxito como el Screech de ‘Salvados por la campana’, el actor lo tuvo difícil para encontrar trabajo y acabó con problemas legales.
La noticia cayó como un mazazo sobre muchos miembros de la Generación X y unos cuantos milenials: Dustin Diamond, conocido como el Screech de la franquicia televisiva Salvados por la campana, falleció ayer a los 44 años a consecuencia del carcinoma de pulmón que le fue diagnosticado solo hace tres semanas.
Para bien y también para mal, Diamond quedó atado a su personaje en aquella sitcom de instituto de finales de los 80, principios de los 90, crónica del día a día de un grupo de amigos del ficticio instituto Bayside de California. Samuel Screech Powers era el friki del grupo, un pagafantas adorable sin mucho que hacer frente a terrores de las nenas como Zack Morris (Mark-Paul Gosselaar) y Slater (Mario Lopez), buenos colegas suyos, por otro lado. Su culmen de popularidad llegó (tercera temporada, noveno episodio) cuando hizo carnés falsos para que todos pudieran entrar a un club.
En total, fueron 82 episodios como Screech. Pero un total de 244 si sumamos las apariciones del nerd de pelo rizado en Good morning, Miss Bliss, la serie que fue preámbulo del universo Bayside, y los spin-offs Años de universidad y La nueva generación.
Diamond dejó de ser Screech en 2000, y entonces empezaron sus problemas. Solo le llegaban papeles calcados a Screech o cameos en los que debía hacer y reírse de sí mismo, de su condición de niño de Hollywood caído en desgracia, como en Dickie Roberts: Exniño prodigio. Le quedaba también el circuito de los reality shows: hizo paradas en Celebrity boxing 2, Celebrity fit club y Celebrity big brother.
Memorias dudosas
Antes de Salvados por la campana, Diamond había aparecido del lado de Pee-Wee Herman en El gran Pee-Wee y participado en una imitación de E.T. llamada Mi amigo púrpura. Según decía, empezó a actuar con 8 años. Entrevistado por Oprah Winfrey en 2013, recordó cómo ser Screech le quitó cualquier oportunidad de tener una infancia. Y al acabar la franquicia, todo se le hizo cuesta arriba: «Llevaba trabajando una década, todas las semanas del año, y me sentía perdido», le dijo a Oprah. «Cuando maduré me di cuenta de que, vaya, había sido adolescente rebelde durante mi veintena».
A punto ya de la treintena, Diamond dirigió y lanzó su propia sextape. Tres años después, en 2009, buscó de nuevo dinero y atenciones publicando un libro sobre su experiencia en Salvados por la campana que incluía historias de drogas y sexo de sus antiguos compañeros. Hace unos años expresó arrepentimiento por lo escrito, o mejor, no escrito: según dijo, aquellas memorias fueron obra de un escritor fantasma.
En los últimos años, Diamond había tenido importantes problemas legales. En 2015, fue condenado a cuatro meses de cárcel por apuñalar a un hombre durante una pelea en un bar de Wisconsin. Y regresó a prisión en 2016 por violar su libertad condicional. Todo el mundo tiene sus motivos, recordaban sus representantes en el comunicado sobre su muerte: «Queremos que el público entienda que [Dustin] no tenía intenciones malevolentes. Simplemente –como muchas otras personas que se portan mal– había pasado por muchos tormentos y aflicciones».