La anciana del anuncio más triste
La nonagenaria que mira por la ventana y que ilustra pasillos y escaleras del metro para concienciar sobre el abandono de los mayores murió sola cuatro años después de la fotografía.
Entre la muchedumbre que viaja en el metro de Barcelona y el ruido de los convoyes que pasan cada tres o cuatro minutos, una imagen se mantiene congelada en el espacio-tiempo. Una mujer mira al vacío desde un ventanal bajo un mensaje a modo de bocadillo: «Nunca pensé que lo peor de hacerse mayor fuera la soledad». Es el anuncio más triste del mundo.
Se llama, se llamaba, Concepció y tenía 92 años cuando la retrataron allá por 2013 para convertirla en la imagen icónica de Amics de la Gent Gran. La nonagenaria de mirada apagada murió hace tres años, sola y casi olvidada por su escasa familia. Su implicación con esta asociación dedicada al voluntariado la perpetuó como una de sus caras visibles. Concepció casi llegó a centenaria convertida en una gioconda metropolitana que alerta en los pasillos subterráneos de la enorme soledad de muchos mayores.
Este 2021 la fundación tiene previsto retirar los carteles y pasar el testigo a otras personas. Una de ellas ha sido las pasadas Navidades Maria Muniesa (barcelonesa de 89 años), protagonista del último anuncio dedicado a los mayores que pudieron verse con sus familiares. Ella, por suerte, pudo pasar la pandemia y la Navidad con su hija: «No he estado sola porque tengo una hija que vino a casa después de una operación. Pese a estar encerradas, al menos estuve acompañada». Se muestra agradecida con la asociación para superar una de las peores experiencias de su existencia: «Pasé la guerra civil, que ya pensaba que había sido lo peor que había vivido, pero esta situación de ahora es peor porque no ves al enemigo».
Con Amics de la Gent Gran
Además, Muniesa siente que las consecuencias del covid-19 le llegan ahora: «No salir a la calle me ha pasado factura ahora porque, supongo que como yo a muchas personas mayores, nos cuesta la movilidad y el confinamiento no nos favorece». Al dolor de piernas se le ha añadido una pérdida de visión por lo que ya no puede hacer muchas actividades para estar entretenida: «Hacía manualidades, me gusta coser y leer, pero sin vista me ha ido limitando», dice Muniesa. El covid, pese a todo, también le ha aportado cosas positivas, como grabar el anuncio de Amics de la Gent Gran en su propia casa, en Sants, barrio donde ya era conocida por otras apariciones en pantalla. «Vinieron de La 2 para a hablar de la asociación, también me llamó Albert Om y me han llevado a tres o cuatro emisoras como Ràdio 4 y Catalunya Ràdio». También protagonizó la campaña de Sant Jordi en 2018 de la misma asociación.
La colaboración de su familia con Amics de la Gent Gran viene de lejos. Su hermano, que era la persona con más antigüedad de la entidad, falleció el 24 de junio del 2020 en una residencia y ella cree que fue por la soledad: «No fue por este virus», asegura.
Muniesa empezó en la asociación en 2005 impulsada por su marido: «Él tuvo alzhéimer y no quería ir a los encuentros de la entidad. Cuando él faltó, el voluntario que tuvo quiso continuar conmigo y yo sí que he ido haciendo excursiones». Y con emoción añade: «Me casé con el hombre que quería. Si volviera a nacer , lo volvería a hacer. Tuve dos hijas y fui tan feliz que para mí la familia es lo más importante de mi vida».
Amics de la Gent Gran retirará los carteles y pasará el testigo a otros protagonistas