Las claves
Theresa May quiere conseguir la aprobación de un acuerdo con la UE este mes y someter el plan al Parlamento británico antes del receso de Navidad, dejando así concluida esta tormentosa etapa lo antes posible. Pero de no lograrse un acuerdo antes del jueves, tendría que esperar a la cumbre europea del 13 y 14 de diciembre. Eso postergaría la votación cuando menos hasta enero. El retraso de un acuerdo a diciembre se traduciría en el aumento de los preparativos para una ruptura sin acuerdo y obligaría al Gobierno a realizar un desembolso de billones de libras. Al mismo tiempo disminuiría las posibilidades de que fuera ratificado tanto por el Parlamento británico como por el resto de parlamentos de los 27 países de la UE, que han de dar su aprobación. En Downing Street, la oficina de la primera ministra, tratan rebatir la idea de que las negociaciones están al borde del colapso. «Estamos trabajando duro para sacarlas adelante y Bruselas también. Así es como son las cosas cuando se están en los últimos estadios de las negociaciones», señaló un portavoz oficial. Si se concluye, el texto legal del acuerdo tendrá 500 páginas. La posibilidad de un segundo referéndum plantea problemas y May lo ha descartado. Necesita que la UE acepte extender el calendario del Artículo 50 y no hay acuerdo sobre la posible pregunta. Además el cambio de la opinión pública no es suficientemente grande: el ultimo sondeo da a los partidarios de la permanencia un 54% frente al 46% a favor del brexit.