Fuendetodos denuncia los desastres en su paisaje por las renovables
El ayuntamiento pide a las empresas energéticas soterrar las líneas de evacuación de los nuevos proyectos para minimizar el impacto ambiental de las instalaciones que han proliferado en el entorno de la localidad
El despliegue de las renovables en Aragón tiene también su ‘cara b’ en los municipios que se ven afectados por la cercanía a estas instalaciones y a las líneas de evacuación que transfieren la electricidad de los molinos y placas solares a la red de transporte. Es el caso de Fuendetodos, cuyo alcalde Enrique Salueña denuncia la situación que vive esta localidad zaragozana por la proliferación de estos proyectos en la zona.
Según cuenta, actualmente hay instalados en el término municipal más de 120 molinos de viento, cuatro subestaciones eléctricas, más una en construcción y otras dos en proyecto, y nueve líneas de media y alta tensión, con la previsión de construir otras tres este mismo año. El Ayuntamiento de Fuendetodos y la mayoría de vecinos de la localidad llevan tiempo denunciando los desastres que estas infraestructuras causan en el paisaje, y piden a las empresas energéticas responsables de los proyectos que soterren los tendidos eléctricos, una decisión que fue aprobada por el consistorio la pasada legislatura.
En el caso de la nueva línea que viene de Villanueva de Huerva a la subestación de Fuendetodos, Salueña indica que la empresa ha mostrado predisposición y ha consultado al ayuntamiento, y finalmente ha decidido soterrarla. No ha ocurrido así con la red procedente de Belchite, quien lejos de colaborar con el ayuntamiento, ha pretendido hacerla aérea, algo a lo que el ayuntamiento ya se ha opuesto.
Todas estas actuaciones cuentan con la autorización del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga), encargado de la tramitación de expedientes del Gobierno de Aragón. Desde el consistorio critican la inacción de este órgano y la falta de planificación del los distintos gobiernos autonómicos para reducir el impacto de estas instalaciones en el territorio.
Según el alcalde, para construir las líneas de evacuación que discurren sobre el terreno y requieren de una anchura de doce metros sin vegetación, es necesario talar centenares de árboles y arbustos, como pinares, sabinas, coscojas o romero, algunas de ellas especies protegidas o amenazadas en Aragón. «Además, en caso de incendio, tampoco se puede actuar con helicópteros e hidroaviones al tratarse de cables de alta tensión, con los riesgos que ello conlleva para los núcleos de población», explica el regidor.
Visita a Bruselas
El Ayuntamiento de Fuendetodos ha comenzado a tomar medidas para impedir que la expansión de las renovables entierre bajo cables y aspas la localidad natal de Goya, que lleva
tiempo peleando por hacer del turismo sostenible y la cultura en torno a la figura de este artista universal un motor de desarrollo, con proyectos que «se están viendo afectados» por esta situación, afirma Salueña.
La primera de las acciones fue la visita de una delegación municipal a Bruselas donde se reunieron con el eurodiputado de Ciudadanos Jordi Cañas, quien posteriormente acudió a la localidad para comprobar in situ las condiciones en las que se encuentra y el malestar
de los vecinos. El ayuntamiento también ha encargado a una empresa independiente una valoración ambiental del estado del municipio con el objetivo de poder justificar sus quejas y pedir soluciones al Gobierno de Aragón.
Con todo, el alcalde de Fuendetodos asegura que él no se opone a las renovables ni a la energía verde, tal como se le ha acusado en algún momento, «porque una cosa son las energías renovables y otra el salvajismo y la especulación».
«Nos estamos cargando el paisaje para exportar luz a otros lugares y estamos hipotecando el futuro de nuestros pueblos», señala el primer edil. Además, recuerda que el ayuntamiento está promoviendo la construcción de una comunidad energética para abastecer de energía limpia a los vecinos y a los edificios municipales, «la que nosotros necesitamos», puntualiza. Para que, ahora sí, los beneficios de la transición energética lleguen a la localidad.