Averías que frenan la electrificación
La industria del automóvil se sume en la incertidumbre tras un sucesión de sobresaltos que ponen en evidencia las carencias del salto a la movilidad sostenible, un proceso cada vez más incierto.
El automóvil ha vivido dos semanas de infarto que han sacudido el sector y ponen en entredicho el rumbo a seguir. La transición al coche eléctrico avanza, pero lo hace a trompicones y con alguna que otra avería en su implantación, lo que acrecienta las dudas sobre el salto a la movilidad sostenible y el cumplimiento de los plazos fijados por la Unión Europea para que sea cero emisiones. El estancamiento de las ventas de los coches de baterías en los últimos meses, tanto en España como a nivel europeo, ha hecho saltar las alarmas. Los fabricantes han empezado a dar señales de una redefinición de sus estrategias y planes de inversión en un escenario en el que hay en estos momentos más interrogantes que certezas.
Son varias las pistas de que algo se está moviendo en los cimientos de la industria automotriz. Hace doce días se conocía que Automotive Cells Company (ACC), la empresa conjunta formada por Stellantis, Mercedes-Benz y Total Energies, paralizaba la construcción de plantas de baterías para vehículo eléctrico en Alemania e Italia a la espera de poder revisar el modelo de negocio para reducir los costes.
El segundo sobresalto llegó esta semana con el anuncio de Bruselas de imponer aranceles de hasta el 48% a las importaciones de coches eléctricos chinos. La medida no gusta a Stellantis, Volkswagen, Mercedes, Audi o BMW, que temen represalia del país asiático. La agitación que vive el sector también ha tenido su reflejo en clave nacional. Anfac, la patronal del automóvil en España, ha estallado tras la súbita dimisión el pasado jueves de su presidente, Wayne Griffiths, que achacó su marcha a la «inacción del Gobierno en favor de la electrificación».
«La incertidumbre es total», aseguran fuentes del sector en Aragón, que reconocen el nerviosismo que existe en la industria del automóvil por los «mensajes contradictorios» sobre el salto al coche eléctrico. La Unión Europea fija en 2035 la fecha para dejar de fabricar vehículos de combustión, pero este reto choca con un mercado que no acompaña el cumplimiento de este objetivo.
Por si fuera poco, el CEO de Stellantis, Carlos Tavares, añadía más leña al fuego con unas recientes declaraciones en las que no descartaba suspender inversiones vinculadas a la electrificación si el mercado sigue sin abrazar este tipo de vehículos. Es más, aseguró a varios medios de comunicación que «no se pueden fabricar baterías en países en los no se venden eléctricos». Está por ver en qué se traducen estos avisos y si pueden repercutir en los planes del grupo en Aragón, pero no hay duda de que se ha abierto un periodo de revisión de la hoja de ruta del sector con consecuencias todavía impredecibles.