Estrena los 40 y se muda a Windsor
El primogénito de Carlos y Diana cobra mayor protagonismo
La cantante británica, a sus 56 años, se casó el pasado fin de semana con su pareja Linda Olsen en Essex (Reino Unido) en una ceremonia con tintes nostálgicos.
Aún con la resaca por las celebraciones del jubileo de platino de Isabel II, ayer fue otra fecha señalada en la familia real británica. Guillermo de Inglaterra, segundo en la línea de sucesión al trono tras su padre, el príncipe Carlos, cumplió 40 años. Una cifra que le sitúa de lleno en la madurez y en la cuenta atrás para cubrirse algún día con la corona imperial de los casi tres mil diamantes. En honor al aniversario, la Royal Mint ha creado una pieza especial de cinco libras esterlinas grabada con el retrato del príncipe que heredó la tímida sonrisa de su madre, Diana de Gales.
Su entrada en los 40 coincide también con la confirmación de que los duques de Cambridge iniciarán un nuevo capítulo en su vida: dejarán este verano el palacio de Kensington ubicado en el centro de Londres, junto a Buckinghan, y se mudan a Windsor para estar más cerca de la reina, que ha fijado aquí su residencia oficial.
Según ha publicado The Sunday Times, el matrimonio y sus tres hijos, los príncipes George (8 años), Carlota (6) y Louis (3) no vivirán en el castillo, como sí hace la reina (de hecho, es su residencia favorita y donde se refugió con su hermana Margarita durante el bombardeo de Londres en la II Guerra Mundial), sino que se instalarán en una de las residencias que ya existen en el recinto.
Según ese mismo medio, Jorge y Carlota dejarán la escuela londinense Thomas Battersea cuando acabe este trimestre para ser escolarizados, al igual que su hermano menor, en uno de los colegios de la zona. Windsor está a aproximadamente una hora en tren directo desde Londres. Los duques estarán a apenas 45 minutos en coche del palacio de Kensington, el que seguirá siendo su campamento base en la capital, y de hecho su apartamento seguirá allí. También en la capital londinense se mantendrán sus oficinas centrales y su equipo de prensa y comunicación.
La ubicación de Windsor cuenta con varias ventajas. Una vida campestre, muy del gusto de Guillermo y Kate, que pasaron los primeros años de su matrimonio –llevan 11 años casados– en la finca de Norfolk, en Anmer Hall, al norte de Inglaterra, un lugar que siguen visitando. Además, estarán muy cerca de Carole y Michael Middleton, los padres de Kate, que viven en la localidad de Bucklebury, a apenas 45 minutos de Windsor. Su intención sería, según el medio británico, mantenerse en Windsor en los años en los que sus hijos sigan yendo a la escuela.
Guillermo, como se ha comprobado en las celebraciones del jubileo de la reina, tiene cada vez mayores compromisos. Las ausencias de Isabel II en actos públicos son cada vez mayores, como se vio en la inauguración del Parlamento británico presidida por Carlos y Guillermo. «Él sabe que el futuro (de la monarquía) descansa sobre sus hombros, los de Catalina y sus hijos, y eso es mucha presión», ha explicado un amigo a The Sunday Times. Además de la mudanza a Windsor, los Cambridge acaban de contratar a un nuevo asesor de imagen, Lee Thompson, una exestrella de la NBC y experto en comunicación, con el encargo de mejorar su imagen pública como royals de primera categoría.
Operarios del Ayuntamiento de Esplugues de Llobregat (Barcelona) procedieron ayer a borrar unas pintadas en el asfalto, junto a la casa que compartían Shakira y Piqué y en la que actualmente reside la cantante colombiana. Se trataba de una serie de frases en inglés: «Te quiero mujer bonita», «Vengo a por ti, mi amor» y «Estoy listo para casarme contigo ahora mismo y apoyarte». El hermano de la artista llamó a la policía para denunciar este acto vandálico y también las cartas recibidas en el correo.
Ayer pudo verse también a Piqué llegar a recoger a sus hijos, Milan y Sasha, para llevarlos al colegio. Tras el comunicado en el que anunciaban que estaban «separándose», se especula con los siguientes movimientos de la expareja. El jugador ha pasado unos días de asueto en Estocolmo, invitado por el CEO de Spotify, el nuevo patrocinador del Barcelona, ya que está de vacaciones antes de empezar la pretemporada con el Barça dentro de dos semanas.